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Putin envía aviones a Chávez para devolver la moneda a Estados Unidos

Dos bombarderos estratégicos de la Armada de Rusia Tu-160 llegan a Venezuela para realizar «vuelos de entrenamiento en aguas neutrales»

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Ya advirtió el primer ministro ruso,Vladímir Putin, que habría una respuesta a la presencia de barcos de la OTAN en el mar Negro. Las Armadas de Rusia y Venezuela efectuarán en noviembre unas maniobras conjuntas en aguas del Caribe, una zona que Washington siempre ha considerado de interés vital. Como preludio a esa demostración de fuerza, el miércoles llegaron a la base aérea del Libertador, situada en Aragua, dos bombarderos estratégicos rusos Tu-160, y el cuatrimotor más grande del mundo. «Voy a manejar uno de sus bichos», declaró Hugo Chávez, ufano ante las atenciones que Moscú le dispensa.

Bien es verdad que, según admitió el portavoz de la aviación rusa, el coronel Vladímir Drik, «no se había previsto que el presidente venezolano se suba a uno de nuestros aparatos, pero se hará lo posible». Drik explicó ayer que los dos aviones «llevarán a cabo vuelos de entrenamiento en aguas neutrales durante los próximos días y después regresarán a sus bases en Rusia», exactamente el 15 de septiembre.

«Todo se hará dentro de la legalidad internacional y sin violar el espacio aéreo de ningún país», aseguró Drik. Además, garantizó que los Tu-160 que llegaron a Venezuela «no llevan a bordo armas nucleares ni de ningún otro tipo».

El portavoz del Ministerio de Defensa, Alexánder Drobishevski, dio detalles de la travesía: las dos aeronaves, escoltadas por aviones de combate Su-27, «despegaron de la base de Éngelsk (Sarátov), volaron durante 13 horas sobre el Atlántico y fueron vigiladas en algunos momentos por cazas de la OTAN», F-16.

El envío de barcos y aviones rusos al Caribe coincide con el momento de mayor tensión en las relaciones entre Rusia y Occidente desde el final de la Guerra Fría. Estados Unidos y Europa consideran que Rusia ha empleado la fuerza «desproporcionadamente» en Georgia y ha ocupado ilegalmente su territorio. Según la ONU, Osetia del Sur y Abjasia son enclaves bajo soberanía georgiana, pero Moscú ha reconocido su independencia.