«Odio levantarme por las mañanas con ansiedad para ver qué 'share' hemos conseguido». / CUATRO
PABLO MOTOS PRESENTADOR DE 'EL HORMIGUERO'

«Cuando quiero algo, lo quiero ya»

«Siempre nos sacan en los programas de 'zapping' cuando fracasamos en algún experimento», se lamenta Motos

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Su pasión es la radio, pero ahora se mueve como pez en el agua en la televisión. El polifacético comunicador Pablo Motos arranca carcajadas con su humor satírico cada día en El hormiguero. El espacio de Cuatro triunfó la pasada temporada al convertirse en el segundo programa de entretenimiento más visto de la cadena, con más de 1,7 millones de espectadores.

-¿Es usted un jefe muy estricto?

-Soy exigente conmigo y con los demás. El equipo ya me conoce y ellos saben que, a pesar de que nos llevamos muy bien, esto no es una comuna hippie. Lo parece, pero no lo es. Sé que soy un poco insoportable porque cuando quiero algo, lo quiero ya y, además, de una forma determinada. Pero, afortunadamente, no me lo tienen en cuenta a la hora de ir de cañas.

-¿Le gusta salir en los zapping?

-Sí, aunque siempre nos sacan cuando fracasamos en algún experimento. Sabemos que la gente, en el fondo, quiere que la fastidiemos, aunque nos ha ocurrido contadas veces. He hecho el cálculo y de 219 experimentos que hicimos la temporada pasada sólo fracasamos en dieciséis. En realidad, no nos han salido tantos mal. Lo que pasa es que yo me cabreo cuando ocurre y se me nota en la cara.

-¿A quién le gustaría entrevistar en esta nueva temporada?

-A Rafa Nadal, sin duda. Me encantaría echar una partida con él. Seguro que le gano.

-¿Cómo valora el humor español?

-Hay buen nivel, aunque falta que nos tomemos más en serio el humor. Es algo que no se ha conseguido aún en España. Los políticos nos tienen miedo y no vienen a este tipo de programas donde se les puede plantear cualquier pregunta. En EE UU, sin embargo, sería impensable que el candidato a la presidencia no vaya a los shows de humor. La gente quiere ver a un candidato tal y como es en estas situaciones y en España es prácticamente imposible llevarlo a cabo.

-¿Cómo es la presión en una cadena como Cuatro?

-La hay, claro. Aunque, por un lado, la locura no es muy grande porque se sabe que estamos en una cadena que tiene que crecer todavía. Existe una dosis de tranquilidad que las grandes no se pueden permitir, pero aún así la presión de las audiencias es absoluta.

Los datos del share

-¿Es eso lo peorde trabajar en televisión?

-Desde luego. Algún día dejaré este medio precisamente por esa tortura de las audiencias. Odio levantarme con ansiedad para ver qué share hemos conseguido. Lo de las audiencias debería ser anticonstitucional. Cada mañana te levantas con la duda de si estarás condenado a muerte o no.

-¿Qué le parece la vuelta de Javier Capitán?

-Me parece bien. Prefiero un programa de humor a programas del corazón o debates soporíferos en los que la gente se pone muy seria, a veces para decir obviedades.

-¿Echa de menos la radio?

-Totalmente. Efectivamente, la radio es mi pasión y aún me afecta mucho haberla dejado.