«Lo único que pedimos es justicia»

La familia del obrero fallecido hace casi un año cuando trabajaba en la rehabilitación de un inmueble de la calle San Roque, en la capital gaditana, sigue a la espera de que la Justicia se pronuncie al respecto. Su viuda, María Armenta, asegura que sólo pide «justicia y que se celebre el juicio pronto. Quisiera que pasase ya todo porque es una herida que no se cierra», explicaba la viuda de Jesús Mera López. Día a día se enfrenta a la ausencia de su marido «y todo por unas personas que lo tenían trabajando sin ninguna seguridad».

Este trabajador, de 47 años, falleció al caer al vacío desde una altura de más de diez metros, tras desplomarse el techo de una finca en la que trabajaba. Estaba situado en la tercera planta del edificio 6 de la calle San Roque, cuando los ladrillos cedieron. No llevaba casco ni elementos de sujeción, tampoco existía una red protectora en el patio para evitar la caída de escombros y de los propios trabajadores en caso de perder la estabilidad.

Cinco personas se encuentran inmersas en un proceso legal que no deja descansar ni a la viuda ni a los dos hijos de Jesús Mera. «Lucharé hasta el último momento porque nos han destrozado la vida», contaba muy afectada aún por la muerte de su marido.

El promotor, los dos constructores, el encargado de la obra, y el arquitecto han sido ya imputados. Todo el proceso legal continúa abierto un año después mientras se echan las culpas los unos a los otros y aseguran no ser los responsables de la falta de seguridad, ya que la obra no cumplía con las medidas mínimas exigidas por la ley. Además los trabajadores tampoco estaban dados de alta en la Seguridad Social.

Son tres los procesos por los que la acusación lleva las vías legales. Por un lado, continúa abierto el procedimiento penal por el que se espera que en los próximos días el fiscal haga su acusación. La fase de instrucción ya habría terminado con la imputación de los implicados y faltaría tramitar la calificación. En el procedimiento admnistrativo estarían implicados el promotor y los dos constructores por infringir las Normas de Prevención de Riesgos Laborales y de la Seguridad Social. Se perseguiría incrementar con un recargo del 40% las pensiones de viudedad y orfandad que corresponden a la familia. Por último, el procedimiento laboral se centra en el promotor al despedir al hijo y sobrino del obrero fallecido, que trabajaban en la misma obra, y que ha sido recurrido.

Un año después de la muerte de Jesús Mera, su familia siente que nunca va a superarlo. La hija menor está en tratamiento psicológico y el primogénito ha tenido que asumir el papel de su padre. «Tienen que pagar por lo que han hecho, mi marido salió de casa y no lo he vuelto a ver más».