PELIGRO. Un niño juega junto a los cristales de una botella rota. / VÍCTOR LÓPEZ
CÁDIZ

Los vecinos de la plaza de Santa Ana denuncian el abandono de la zona

Sólo diez días después de su reforma, los primeros destrozos han llegado Las plantas han sido arrancadas y los perros pasean por la zona verde

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A menos de dos semanas tras su inauguración, la Plaza Santa Ana ubicada junto a la biblioteca municipal de Segunda Aguada ya no presenta el cuidado aspecto con el que abrió sus puertas. Cristales por el suelo, pintadas en los bancos y flores arrancadas son algunas de las quejas que han presentado al menos una decena de ciudadanos en la asociación vecinal Rafael Alberti.

El pasado 29 de agosto la plaza era inaugurada por responsables municipales del Ayuntamiento gaditano tras finalizar la segunda fase de reforma. Uno de sus mayores atractivos se encuentra en la gran zona verde con la que se ha enriquecido el patrimonio botánico de la ciudad. Sin embargo, a escasos días de su puesta a punto ya comienzan a faltar flores que los vecinos achacan a actos vandálicos y a la propia falta de civismo de algunos residentes. El parque cuenta con 120 árboles de 29 especies diferentes y numerosos arbustos, plantas vivaces, de flor y aromáticas. Según el presidente de la asociación vecinal Rafael Alberti, Gustavo Rosales, «hemos visto a los mismos vecinos llevarse flores y plantas bajo el brazo».

Paseo para perros

También las zonas verdes están siendo utilizadas para pasear a los perros pese a los carteles prohibitivos, lo que ha ocasionados diversos enfrentamientos entre los mismos ciudadanos que frecuentan la plaza ya que «lo que faltaba sería encontrar excrementos de las mascotas por aquí», explicaba Rosales.

Pero lo que tiene más preocupado al colectivo vecinal son unos grupos de jóvenes que por las noches se reúnen en las inmediaciones de la plaza para consumir alcohol e incluso acceden al recinto peatonal en ciclomotores. Las consecuencias pueden observarse a siempre vista al día siguiente con botellas tiradas, papeles, y cristales en un suelo que a la mañana siguiente será el lugar de juego de los más pequeños del barrio. Las pintadas en los bancos demuestran a su vez la presencia de estos grupos en la zona de la plaza más cercana a la biblioteca municipal.

Escasa iluminación

Por el momento, la Plaza Santa Ana dispone de cuatro focos provisionales acoplados a las farolas, y sólo hay uno en funcionamiento, por lo que la carencia de iluminación es otra de las quejas que presentan los vecinos del barrio. Éstos aseguran que es incluso uno de los motivos por los que la plaza alberga reuniones nocturnas de jóvenes que «están repercutiendo en el rápido deterioro de la zona». La explicación que le han dado a los vecinos para que Santa Ana aún no disponga de luz propia es la falta de un documento que dejó a la sede vecinal sin luz durante tres meses cuando fue construida.

El presidente vecinal acudió ayer a Medio Ambiente para informar de la situación y está a la espera, al menos, de que las plantas supuestamente robadas sean repuestas de nuevo. También ha solicitado mayor implicación de la Policía Local. «Pedimos que al menos se den una vuelta por la zona de San Severiano por las noches y controlen todo lo que pueda estar sucediendo en estas reuniones nocturnas».

El presidente de la asociación vecinal planteará en una próxima reunión con la junta directiva de la entidad acordar la colocación de carteles informativos donde se insten a los ciudadanos a la colaboración vecinal. Una medida que tomarán para «al menos evitar el robo de plantas y los actos vandálicos; queremos que los que hacen estás cosas sepan que lo sabemos y estamos detrás de ellos».

La segunda fase de reforma de la Plaza Santa Ana ha supuesto para las arcas municipales una inversión de 169.800 euros que, unidos a los 89.000 euros de la primera fase, suman una inversión de 258.800 euros. El consistorio instaló carteles informativos de las especies de las plantas reunidas en la plaza y renovó todo el mobiliario urbano para fomentar la concienciación ciudadana sobre el respeto al medio ambiente. Por ahora parece que esta misión no se ha conseguido.