ATAQUE. Sanlúcar intenta sorprender a la defensa bética en una contra. / GECA SPORT
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Una pájara condena al Portuense

El Portuense no aprovecha la debilidad defensiva de los verdiblancos y se deja el partido en dos momentos clave Los de Ferri encajaron sus goles en los minutos 33 y 34

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Los pupilos de Alberto Ferri no pudieron sumar en su visita a la Ciudad Deportiva Manuel Ruiz de Lopera, donde se vivió la primera victoria del Betis B, que decepcionó en Granada pero que exhibió ayer pegada y capacidad de sacrificio, casi al mismo nivel que los despistes y desaplicaciones en labores defensivas.

Desde el arranque, el primer filial verdiblanco trató de imponer su velocidad por las bandas y su verticalidad, lo que se materializó en un par de faltas en la frontal para Zamora y Rubén Cruz que no tuvieron consecuencias.

Los gaditanos buscaban el contragolpe, como el que inició Sanlúcar en el 9 y fue frenado por el colegiado debido a un presunto fuera de juego del bornense.

Dudas en la zaga local

Las imprecisiones en la zona ancha eran, sin duda, el principal quebradero de cabeza para el anfitrión, ya que equilibraban en cierto modo la balanza. La defensa, eso sí, se empleaba a fondo para evitar males mayores, con Álex Ortiz y Zamora ejerciendo de apagafuegos ante Carrasco (inocente su cabezazo a las manos del portero) y Sanlúcar. El guión, con todo, cambió radicalmente en el minuto 33, cuando Zamora alojó en el fondo de la red la enésima falta en la frontal para el Betis B, que aumentaría la diferencia nada más sacar de centro un descolocado Portuense: Diego Segura robó la pelota y asistió a Carreño, que se revolvió bien para batir de nuevo al meta visitante. Faltaba todavía un rato para el descanso y, contra todo pronóstico, la efectividad del filial acababa con las dudas generadas por su juego. Diego Segura, a cinco del intermedio, probó de nuevo los reflejos de Manu Taranilla, acertado con los pies en esta ocasión.

En la reanudación, el cuadro de Alberto Ferri intentó hacerse con el mando de las operaciones para recortar distancias en el marcador, aunque su rival no sólo no bajó el pistón, sino que pisó el acelerador en busca de la tranquilidad definitiva. Tuvo más suerte el Portuense, que, cuando se cumplía el minuto 54, anotó el 2-1 por medio de Iturralde, que estuvo listo en un balón dividido a la salida de un córner. A partir de entonces, los visitantes se vinieron arriba y acosaron la meta de René, más con latigazos y a balón parado que con sentido, pero lo cierto es que la anterior superioridad del conjunto de Nogués se fue disipando, quedando el contragolpe como principal recurso local.

Reacción tardía

En el 62', Zamora mandó alto un libre directo calcado al del 1-0, pero el partido entró en una fase anodina en la que ni unos sentenciaban ni los otros conseguían el empate. Con el paso de los minutos, el cuadro gaditano se abonó al balón colgado como arma para derribar el muro verdiblanco, lo que estuvo a punto de lograr en alguna ocasión aislada en la que, sin embargo, René y su zaga se emplearon a fondo. Por su parte, los de Nogués ganaron profundidad con la salida de Gavilán. Así, en el 79', Cruz estuvo a punto de sorprender al cancerbero rojiblanco, lo que reiteró en dos ocasiones en los últimos compases, aunque siempre en posición antirreglamentaria. Más cerca estuvo de acabar en el tercero un pase de la muerte de Rivera para el joven campeón de Europa, pero su tocayo Taranilla se adelantó cuando se cumplía ya el tiempo. En la siguiente acción, el meta gaditano se jugó el tipo ante Segura para evitar males mayores, si bien ya no hubo tiempo siquiera para algún escarceo más.