AL PALO. Rubén Pazos dispara a puerta durante el encuentro de ayer. / VÍCTOR LÓPEZ
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Los palos impiden ganar al Portuense ante el Antequera

Los de Alberto Ferri dejan escapar dos puntos en un encuentro en el que fueron de menos a más La mala suerte impide al club gaditano llevarse los tres primeros puntos que pasaron por el Cuvillo

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Un Portuense que fue de menos a más, dejó escapar los dos primeros puntos del José del Cuvillo, ante un Antequera muy sólido en defensa. Los locales, con su juego de la segunda mitad, se hicieron merecedor al triunfo.

La primera mitad se convirtió en un toma y daca de cada equipo. Pero ninguno superaba al otro en el dominio del balón. Sólo en el tramo final del mismo, el Portuense, se enganchó algo más al juego llegando a crear las mejores ocasiones de gol aunque sin fructificar. El Antequera salió con cinco defensas, tres centrales y dos laterales lo que dificultó las llegadas de los hombres de Ferri, al portal visitante. También en ello colaboró el que los de El Puerto jugaban con un punta alternándose Sanlúcar con Carrasco. El Portuense no encontró el hombre que le llevara las riendas del partido ya que Diego Ramírez, el más preparado para ello, jugaba por banda izquierda. Las veces que buscó la zona ancha, se pudo observar como el Portuense hacía más daño con balones al interior. El Antequera se conformó con mantener su portería a cero dejando pasar los minutos. Así, hasta llegarse al descanso. El empate inicial, lo cierto es que fue el fiel reflejo de lo visto sobre el rectángulo de juego.

Ya en la segunda mitad, el técnico local dejó en el vestuario a Rubén Pazos, intentando así dar mayor profundidad al equipo. Vázquez pasó al lateral derecho y por delante le escoltaba Velázquez mientras que Diego Ramírez se colocaba en su hábitat natural. Minutos más tarde, entraba Kikín y Velázquez, ante la sorpresa de no pocos, se fue a la parte izquierda del centro de campo, mientras Abel, cogía la diestra. Ante la incredulidad de algunos, el equipo comenzó a rodar. El mejor juego rojiblanco se hizo palpable en el Cuvillo. Los locales arrinconaron al Antequera, que sólo entendía de contragolpe, lo que a punto estuvo de darle resultado con un balón que se fue al travesaño en un centro chut de Ruiz. Hubiera sido injusto porque sólo el Portuense era el equipo que quería coger el esférico. Incontables fueron las veces que los hombres de Ferri llegaron al marco de Diego. De manera infructuosa, pero merecedora que alguna de ellas hubiera subido al marcador. Armada, se armó de impaciencia, viendo que sus balones todos se estrellaban en los palos de Diego.

El Portuense era una apisonadora que pasaba por encima de los malagueños, que pese a todo mantenían el objetivo cubierto.

Los de Carlos Tello, esperanzados en tener una oportunidad, mantenían su hombre en punta del ataque a la espera de cualquier rebote que no les llegó. El Portuense iba de menos a más con un juego hilvanado, utilizando las bandas con la salvedad que sus delanteros no estaban acertados. Ni siquiera los defensas rojiblancos que subían al ataque, como el caso de Iturralde, contaron con la fortuna a favor, ya que también envió un testarazo de cabeza al travesaño.

Fueron pasando los minutos, y aunque los locales no se desvanecieron en sus intentos, con cuatro minutos más de descuento, no pudieron perforar la meta de Diego. El Portuense hizo mucho más méritos para quedarse con los tres puntos que el Antequera.