ÚLTIMA FASE. La urbanización Islas de Vistahermosa está situada sobre uno de los solares más valiosos de esta zona de El Puerto. / ROMÁN RÍOS
Ciudadanos

Una isla en medio de la crisis económica

El Grupo Noriega desafía el frenazo inmobiliario con tres urbanizaciones de lujo en Jerez, Sotogrande y El Puerto que suman un millar de viviendas

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La historia del frenazo sufrido por la economía nacional (y por clara extensión la gaditana) se puede medir con múltiplos y dividendos del 3. Esta misma semana se conoció que la firma de hipotecas se ha reducido en un tercio en Cádiz, en cifras del Instituto Nacional de Estadística; desde principios de año, el inicio de nuevas construcciones recabadas por el Ministerio de Fomento se ha rebajado en una tercera parte; y la morosidad triplica fácilmente los valores conocidos hace un año.

El 3 se transforma en el número de la suerte (si eso existiera en el mundo empresarial) para los intereses en la provincia del Grupo Noriega, la división constructora y promotora del Grupo Sánchez-Ramade. En un momento en el que cualquier firma relacionada con la construcción de una vivienda está en sospecha permanente en España y los periódicos arrojan en cada desayuno malas noticias sobre el futuro del sector, esta empresa se ha convertido en una especie de isla entre tantas tempestades.

Los datos lo ratifican por tres motivos, que coinciden con las tres promociones que el grupo desarrolla en Cádiz: la más avanzada, y que está a punto de ser completamente entregada, es la construcción de 300 viviendas en El Altillo, al norte de Jerez; la segunda sería la edificación de 306 viviendas en uno de los pocos solares que quedaba frente a la playa en Sotogrande; la tercera está en El Puerto y es la urbanización Islas de Vistahermosa, dividida a su vez en otras tres fases y que ofrecerá más de un centenar de unifamiliares, apartamentos, dúplex o áticos a muy pocos metros de Puerto Sherry. En total, cerca de un millar de inmuebles, cuyo ritmo de venta desafía el estancamiento actual del mercado inmobiliario, en el que se ha duplicado el tiempo medio de venta de un inmueble.

«Ofrecemos un producto único en un lugar único», resume Luis Miguel Martín Rubio, director de Desarrollo Corporativo del Grupo Sánchez-Ramade y director general de la Fundación. «Por supuesto que la crisis se nota y que la sufrimos todos, pero ofrecemos una serie de viviendas que escapan a la normalidad», añade. Son, de hecho, construcciones de lujo, en terrenos largamente perseguidos («aunque siempre calificados como urbanizables desde el principio») por cualquier promotor y «con un diseño excepcional sobre una visión sostenible de la edificación».

Eso se traduce en compras casi inmediatas. «Hemos llegado a una situación en la que el cliente ya no sabía a quien comprar», reconoce Diego Muñoz, director de la delegación gaditana de la compañía, que comenta a continuación: «Aunque, eso sí, nuestros clientes suelen ser gente muy exigente y muy informada, que saben que pertenecemos a un gran grupo que no depende sólo de la construcción para sobrevivir».

Por si acaso, y una vez que se vayan entregado las tres fases pendientes, el Grupo Noriega se guarda su gran inversión para cuando pasen estos años de zozobra. Se trata del desarrollo urbanístico definitivo de Puerto Sherry, tras tantos años paralizado por problemas de todo tipo. Serán 700 las viviendas que la empresa erigirá justo enfrente de la que será nueva dársena de las instalaciones y eso supondrá más que triplicar las 150 unidades que hay en la actualidad. Con ella, «seguiremos con nuestra línea de ofrecer lo mejor de lo mejor», apunta Martín Rubio. El proyecto, que aún debe ser desarrollado, podría empezar a ser una realidad de aquí a tres años: «Para entonces, la situación será bastante mejor», confía.