ENFRENTAMIENTOS. Las discusiones entre los vecinos y los jóvenes son habituales. / L. V.
Jerez

Guadalcacín se llena de pancartas ante la reaparición del 'botellón'

Los vecinos de la calle Real vuelven exigir su derecho al descanso «Los sábados es imposible dormir»

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No han pasado más de cinco meses desde que los vecinos de la calle Real, en Guadalcacín, denunciaran, a través de este medio, la situación que tenían que soportar cada fin de semana. Y es que a pesar de la puesta en marcha de la ley antibotellón y la creación de un botellódromo en Jerez, para estos vecinos el calvario sólo acaba de comenzar. De hecho, varios meses más tarde, la realidad es aún peor que en marzo, cuando decidieron recoger firmas y acudir con ellas a su Ayuntamiento pedáneo en busca de amparo.

En aquellos días se les prometió que una patrulla de la Guardia Civil impediría el botellón en la zona, y así fue durante cuatro semanas, hasta que la movida se reactivó de forma considerable en esta vía. «Estamos llegando al límite. Cada fin de semana se concentran en esta calle cientos de jóvenes que no dejan dormir a nadie. Se ha corrido la voz de que en Guadalcacín no hay problemas para beber en la calle y como estamos a dos pasos de Jerez, los que huyen del botellódromo se vienen aquí», explica Manuela Arcos, portavoz de los vecinos afectados por este fenómeno.

Una realidad que ha desbordado a la patrulla de la Guardia Civil que cada viernes y sábado por la noche es requerida en la zona por los vecinos. «A la mayoría de estos jóvenes, de poco más de 20 años, parece que les da igual que esté o no la Guardia Civil. Muchos beben sin control, otros trapichean con droga, ponen la música de los coches a todo volumen, sin olvidar la suciedad que dejan tras una noche de fiesta», señala la representante vecinal.

Además de ello, es frecuente que «se coloquen en la misma puerta de nuestras casas» y que «se produzcan destrozos en el mobiliario urbano o en algún vehículo estacionado en la calle».

Para estos vecinos el problema principal es «el botellón; la clientela de la discoteca apenas causa problemas», matiza Manuela Arcos. Por ello, la primera medida de protesta que han decidido poner en marcha es la colocación de pancartas en las casas de Guadalcacín para exigir que el Ayuntamiento les garantice su derecho al descanso.

«Ya no sabemos qué hacer. Hemos hablado decenas de veces con el responsable de la Guardia Civil, hemos interpuesto denuncias... y el botellón no hace más que aumentar en la pedanía, ya que hay grupos que se están reuniendo ya en otras calles y plazas», se lamentan los vecinos.

Así las cosas, está previsto que en los próximos días se reúnan de nuevo los residentes en este enclave jerezano para abordar el tema y estudiar los pasos que van a dar, ya que tienen claro que «la ley se hizo para algo y no vamos a parar hasta que podamos dormir bien todos los fines de semana», sentencian.

braguilar@lavozdigital.es