La primera final

i el equipo amarillo pretende que su transición por la Segunda División B sea fugaz, en ni opinión debería afrontar el partido del próximo domingo frente al Roquetas como si fuera la primera final de esta temporada. Como nos comenta Jaime, disputar estos tres puntos con la relajación de quien piensa que la temporada es larga y que aún quedan muchas jornadas para corregir los errores sería una peligrosa tentación de la que, por todos los medios, deberían huir los profesionales. Ganar ese primer encuentro evitaría que el desánimo prematuro acreciente su fragilidad y los haga más vulnerables. No podemos olvidar que un temprano desaliento de los aficionados influiría en el ánimo de los jugadores y tendería una peligrosa trampa con la que, sin duda alguna, se beneficiarían esos otros equipos que, sobre el papel, son más débiles. El éxito de los retos humanos y, de una manera especial, la clave de los triunfos deportivos dependen, en una proporción elevada, del ánimo con el que los protagonistas emprenden la lucha y de la tenacidad con la que persisten. A nuestro juicio, una de las claves para alcanzar la meta ineludible de esta temporada es que los directivos, el entrenador, los futbolistas, los críticos y los aficionados, afrontemos el campeonato con una actitud de sincera modestia. Conscientes de la complejidad, de la dificultad y de la dureza de este juego tan azaroso y tan complicado, todos deberíamos evitar las declaraciones suficientes, presuntuosas o petulantes, y, por ahora, sería suficiente con que nos conformáramos con manifestar la firme voluntad de ir «pasito a pasito» -partido a partido-, subiendo por la empinada cuesta de la temporada. Ésta es la lección que, a nuestro juicio, nos ha dictado Javi Gracia con sus contenidas palabras, con su mesura, lucidez y contundencia. Sacar pecho en estos momentos sería una muestra de inconciencia y de inmadurez. deportes@lavozdigital.es