Misóginos

El Papa Juan Pablo II llegó a afirmar que «usar la píldora anticonceptiva es ateísmo», cuando hasta un niño de catecismo sabe que eso será quizá un pecado contra su moral, pero no contra su fe. El primado español acaba de soltar otra píldora parecida al decir que no castigar el aborto «es lo más grave que ha sucedido en la Historia de la Humanidad». No es casualidad que esos sean pecados femeninos. Esos misóginos acaban renegando de toda sexualidad normal, prometiendo «no mancharse con mujeres» como decía ya San Juan Evangelista. Sin embargo, como advertía Horacio, «aunque expulses a la naturaleza con un tridente, volverá al galope»; aquí, del modo más desviado, con engaños, adulterios, o pederastia. ¿Y pensar que todavía hay tantos autodenominados biempensantes que les confían la educación de sus hijos!