Economia

El frenazo del consumo y el desplome de la inversión estancan el crecimiento español

El PIB avanzó una décima en el segundo trimestre del año, la tasa más baja desde 1993

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La crisis se instala en la economía española, que apenas creció una décima en el segundo trimestre del año respecto al primero. Para encontrar una tasa más baja hay que remontarse al año 1993, la etapa de recesión que sucedió a los fastos de la Expo y los Juegos Olímpicos de Barcelona. El Instituto Nacional de Estadística confirmó ayer el dato, así como el avance del 1,8% en la comparación interanual, el más reducido del último decenio. Frenazo del consumo doméstico, desplome de la inversión y de la actividad en la industria son los indicadores más negativos, que se suman al ya conocido hundimiento del ladrillo.

Entre abril y junio, las familias frenaron en seco su gasto de consumo, que apenas creció un 1,2%, un punto menos que en el primer trimestre. Inquietos por la evolución del empleo, la pérdida de valor de sus viviendas, y el notable encarecimiento de la cesta de la compra, los hogares adquirieron menos bienes duraderos, economizaron en sus gastos de ocio y expresaron niveles de confianza cada vez más bajos. Su consumo se sitúa en el peor nivel desde que se salió de la crisis de 1993. Peor aún, la inversión también ha condicionado a la baja el dato definitivo del PIB al caer con fuerza por primera vez en 12 años y pasar del 2,5% registrado en el primer trimestre hasta la bajada del 0,2% que ha tenido lugar entre abril y junio.

Frenazo del empleo

El único dato positivo del segundo trimestre fue la evolución del sector exterior, que aportó tres décimas al crecimiento. Desde el año 2001 no ocurría algo similar. Pero la composición de esta trayectoria no invita al optimismo: el avance interanual de las importaciones en un 2,3% -casi la mitad del 6,2% de un año antes- es un reflejo de la desaceleración de la economía. Las exportaciones todavía crecieron a un ritmo anual del 4,1%, con una reducción de dos décimas, si bien esa evolución incorpora el encarecimiento de la factura del crudo.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero admitió en Vigo que el avance económico «es pequeño», pero el Gobierno insiste en que España «resiste mejor» que el conjunto de la zona euro. Además, advirtió de que «sería absurdo» pensar que España no se vería afectada por el «estancamiento económico» internacional.

El dato adelantado por la Oficina estadística comunitaria ya reveló que el PIB de los Quince socios de la moneda europea pudo caer dos décimas de abril a junio. De confirmarse ese descenso, tampoco sería para celebrarlo, ya que el 70% de las exportaciones españolas tiene como destino el resto de los países del área común. David Vegara, secretario de Estado de Economía, todavía consideró «posible» que España cumpla el objetivo corregido a la baja que fija el crecimiento del PIB para este año en una media anual del 1,6%. Pero también admitió que los próximos avances trimestrales serán «como mucho» similares a los del segundo trimestre, es decir, que la trayectoria del PIB rondará la décima de crecimiento en esos plazos. El empleo a tiempo completo creció en el segundo trimestre a un ritmo anual del 0,4%, lo que implica la creación neta de 69.400 empleos. Aunque todavía no representan destrucción de puestos de trabajo, estos datos reflejan una notable desaceleración. En el periodo enero-marzo, el empleo estaba creciendo al ritmo del 1,7%, con creación de casi 322.000 puestos de trabajo en un año.

Las cifras del INE también muestran, junto al frenazo de los consumo de los hogares, un aumento del gasto final de las Administraciones Públicas que el secretario de Estado de Economía atribuyó al crecimiento de la remuneración de asalariados y mayores desembolsos de las CC AA y los Ayuntamientos.

La industria, lo peor

Vegara aseguró, no obstante, que el Estado no se queda atrás: también las licitaciones que está realizando se traducirán en mayores inversiones en meses venideros. Principal causa del desplome de la inversión fue, en el segundo trimestre, la caída del ladrillo en un 2,4%. La edificación residencial cayó el 6,3%, mientras las obras de ingeniería civil aguantaron el tipo, con un alza interanual del 1,9%. Al crecimiento del 2,3% de los desembolsos destinados a bienes de equipo contribuyó la maquinaria en general, frente a una mayor contracción de la inversión en transporte.

De abril a junio, el saldo exterior aportó tres décimas al crecimiento de la economía. El avance de las exportaciones se redujo desde el 4,3% anual al 4,1%, pero el frenazo de las importaciones fue más notable, al pasar de una expansión del 4,1% al 2,3% en comparación interanual. Los españoles recortaron todo tipo de compras en el exterior, desde componentes industriales a servicios turísticos.

La actividad económica va a menos en la mayoría de los sectores, y así lo refleja la caída del crecimiento en todas las ramas, salvo la producción energética, donde se registra un avance del 4,8%. El valor añadido de la industria se contrajo nada menos que un 2,8%, un desplome más acusado que el de la construcción, limitado a un descenso interanual del 1,9%.