«Ojalá el muerto no sea el que mató a mi hija; quiero que pase muchos años en la cárcel»

La casa donde vivía la joven de 19 años Tamara Leyton Agüero, asesinada por dos disparos en la cabeza, se encuentra a unos tres kilómetros antes de llegar a la barriada de El Marquesado, muy cerca del Matadero Bahía SAL, en un carril que conduce hasta una serie de viviendas diseminadas. En una de ellas se enteró, a través de LA VOZ, que la Policía Nacional y la Guardia Civil habían detenido a los cuatro hermanos que asaltaron su vivienda, asesinando, uno de ellos, a su hija.

Al conocer la noticia, la apenada madre preguntó si era seguro que los apresados eran los causantes de la muerte de su hija y de las heridas de su hijo, su sobrino y ella misma. Tras confirmarle que los detenidos eran los causantes del asalto a su casa, manifestó con voz serena y triste: «Me alegro mucho de ello, pero desgraciadamente eso no me va a devolver a mi pobre hija».

Asimismo, la madre de Tamara, al saber que uno de los hermanos había muerto en el tiroteo contra las fuerzas de orden público, comentó que le gustaría «que el muerto no haya sido el que mató a mi hija y que el que lo hizo pase muchos años en la cárcel».

Respecto a cómo se encontraba tras las heridas recibidas, mostró el abdomen en el que se apreciaban múltiples marcas de los perdigones recibidos, así como las piernas y brazos y dijo que está «mejor, pero la mano todavía casi no puedo moverla, aunque eso es lo de menos, pues la herida grave que tengo y que no se curará nunca, es la pérdida de mi hija y que mi nietecito se haya quedado huérfano».

Los vecinos, aliviados

Por otra parte, unos vecinos, que jugaban a las cartas con sus mujeres en la asociación de vecinos San Juan del Marquesado, sí conocían la noticia de la detención de los responsables de la muerte de Tamara, ya que un familiar se había enterado a través de internet.

«Estamos muy contentos con la noticia, ya era hora que esos miserables fueran detenidos y esperamos que ahora la justicia sea dura con ellos y se pudran en la cárcel. A partir de ahora podremos vivir más tranquilos, aunque nuestra barriada ha sufrido numerosos robos en casas y chalés durante los últimos meses», comentaron los vecinos del núcleo rural puertorrealeño.

Otros habitantes de El Marquesado manifestaban que no creían que el asesinato se hubiera producido por motivo de robo. «Casi todo el mundo aquí cree que la muerte de la infortunada chica se produjo por mala suerte. Seguro que esos individuos estaban buscando la casa de otra persona, se confundieron y asaltaron la de los padres de Tamara. Ningún ladrón emplea tantísima violencia y pega más de veinte tiros con una escopeta a nadie si lo que pretende es sólo robar. Esperamos que ahora los jueces los condenen como se merecen y que cumplan su pena completamente», señalaron los vecinos.