A la mesa en la Alameda

El bar La Alameda lo lleva desde hace dos años Nicolás Madueño. Lugar de reunión de grupos de amigos a la hora del aperitivo y sitio donde los turistas se acercan a probar la gastronomía típica de la zona de Jerez. Nicolás lo tiene claro cuando afirma que «tenemos todo lo que debe ofrecerse a un público que, en muchas ocasiones, viene a probar nuestra gastronomía». Carnes o pescado, da igual porque se dominan los dos palos. En el pescado se destacan los fritos y alguna dorada a la sal que entra dentro de las especialidades.

El establecimiento tiene un cierto toque marinero muy original, destacando unos botelleros donde los riojas y riveras del Duero penden del gollete de la botella como si estuvieran en formación a la espera de la elección del comensal.

Nicolás, que se ha sentado para tomarse un café en los veladores que pueblan la plaza de la Alameda del Banco, enseguida comienza a analizar la crisis. «Ni es tan grave como nos hacen creer ni tampoco estamos como estos años pasados. Este año se ha notado la bajada, sobre todo del turismo extranjero. Aunque todos tenemos que comer, la verdad es que muchos que nos visitan le dan vuelta a la cosa para cuidar el bolsillo», comenta. No obstante, aclara que «desde que me hice cargo del establecimiento, siempre he apostado por una buena relación entre calidad y precios. Buena prueba de ello es que también tenemos muchos clientes de Jerez. Además repiten, que es muy importante».

Luz

Y cuando cae la noche, en la plaza de la Alameda del Banco se está de lujo. Algunos niños corretean alrededor del ficus inmenso, y otros suben y bajan del templete. Quizá un poco de oscuridad en la zona. «Menos mal que lo has anotado. Sería necesario un mantenimiento de esta zona y, sobre todo, una iluminación más potente. La plaza es magnífica, pero cuando cae la noche », concluye.