EL TENDEDERO

Gobierno o partido

Hace poco alguien me comentaba que lo peor que le podía haber pasado al PSOE en Jerez era haber ganado por una mayoría tan amplia; que en este caso era el gobierno local el peor adversario político de su propio partido. Esta afirmación, dentro de un debate político al calor de una cena de verano, suscitó en mí las reflexiones que me dispongo a compartir. Es cierto que el gobierno te aleja de la realidad, puesto que estás obligado a tener una visión más amplia y genérica de la misma, y aunque sea por una cuestión meramente óptica te tienes que alejar para ver más, el símil es perfectamente adaptable; pero también lo es que ha de ser el partido quien ahora haga de correa de transmisión entre la sociedad y el gobierno. Es aquí donde surge la segunda parte del problema y es que a más gobierno menos partido. ¿El gobierno de la Sra. Sánchez se está comiendo al partido en Jerez?, es su cabeza visible, y la gente de forma lógica uniformiza e identifica.

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No hace mucho Jerez estuvo gobernada por dirigentes que tuvieron un partido (con diferentes siglas) hecho a su imagen y semejanza, un partido político como simple instrumento para poder presentarse a unas elecciones, y en los que la ideología o el pensamiento político en sí no suponía más que un papeleo, mero trámite, cuyo contenido no tenía significación alguna. Estos partidos, tan personalistas y con tan poco arraigo social y territorial, como así ha quedado demostrado a tenor de los resultados electorales, han demostrado tener fecha de caducidad. Pero cuando un proyecto político trasciende a sus líderes, puede tener ciclos de bonanza o de peores resultados, pero la ideología que lo sustenta hace de red que sigue tejiéndose más allá de los resultados electorales y que, a buen seguro, será como un árbol que tras la poda vuelve a dar sus frutos.

Uno de los principios guía de un gobierno socialista es la buena gobernanza, lo que significa un mayor protagonismo de la sociedad civil en la toma de decisiones colectivas, significa una mayor integración del gobierno con su ciudad a nivel horizontal y no vertical. Más ciudadanía, menos gobierno.