Quiñónez continúa

Jackson Quiñónez se clasificó con brillantez para la final de los 110 metros vallas, la que debían disputar el chino Liu Xiang y el estadounidense Trammell, ambos baja por lesión y de las que se aprovechó el hispano-ecuatoriano.

Quiñónez compitió en la serie del cubano Dayron Robles y acabó tercero (se clasificaban los cuatro primeros y no había repesca), con una marca de 13.40, la mejor que ha realizado en esta temporada. Salió por la novena calle, lejos de la zona 'noble' de la prueba, pero progresó hasta alcanzar el tercer lugar con la misma marca que el jamaicano Maurice Wignall, cuarto, y dejando fuera de la misma al chino Shi Dongpeng.

Hacía 24 años que un atleta español no estaba en una final olímpica de los 110 metros vallas. El último había sido Carlos Sala, quien fue séptimo en la final de Los Angeles'84. Cuatro años antes lo había sido Javier Moracho, en la de Moscú, también ocupando el mismo puesto.

«Mi objetivo está cumplido. Llegué aquí como el catorce del mundo y estoy entre los ocho mejores. Buscaré hacer un buen registro, quizá batir el récord de España, pero lo que queda por delante es sobre todo para soñar», afirmó Quiñónez nada más acabar la carrera. Pese a que es realista sobre sus opciones, el vallista no descartó la sorpresa, porque «en una final se sacan fuerzas de donde no hay» y porque considera que está ante una oportunidad única en su carrera deportiva.

Dos españoles

Alemayehu Bezabeh y Jesús España se clasificaron para la final de los 5.000 metros del sábado. El primero, gracias a la repesca; el segundo, al entrar directamente por puestos. Alberto García se quedó fuera. Le tocó la serie en la que estaban Bernard Lagat y Kenenisa Bekele, los dos grandes favoritos al triunfo -Rashid Ramzi no participó- y acabó pagando el fuerte ritmo que se impuso desde el principio. Bezabeh, quinto, fue el primer repescado por tiempos (13:37.88) y España corrió para clasificarse (cuarto, 13:48.88). tengo muy mala leche».