El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero durante la rueda de prensa. / LA VOZ
CÁDIZ

Los Reyes y los Príncipes de Asturia visitarán hoy la T4

Los líderes políticos abandonan sus vacaciones para estar junto a los familiares

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La tremenda tragedia que ayer sacudió el aeropuerto de Barajas alteró los planes de todo el país. Tanto fue así que la Familia Real tiene previsto interrumpir hoy sus vacaciones para estar al lado de las víctimas del accidente aéreo ocurrido en Barajas, según informaron fuentes de la Casa Real.

Los Reyes tienen previsto visitar durante la mañana la Terminal 4 para conocer sobre el terreno lo ocurrido. Don Juan Carlos y Doña Sofía acudirán después hasta el pabellón 8 de Ifema, para encontrarse con los familiares de los 153 fallecidos y transmitirles sus condolencias.

Por su parte, los Príncipes de Asturias visitarán por la tarde a los heridos en los seis hospitales en los que se encuentran los 19 heridos en el accidente. De otro lado, el arzobispo auxiliar de Madrid, César Franco, por la mañana una misa en el recinto ferial por las víctimas del siniestro. Por otro lado, buena parte de la clase política se vio obligada a suspender sus vacaciones para atender el accidente. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, abandonaron sus respectivos destinos en el parque Nacional de Doñana y en Orense para desplazarse hasta el aeropuerto de Madrid. Ambos decidieron anular, asimismo, los actos que sus partidos preveían para hoy.

Los socialistas cancelaron el mitin que habían organizado en la localidad onubense a Almonte, mientras que los populares suspendieron la reunión que su presidente iba a mantener con representantes del sector turístico de las Rías Baixas gallegas. Similar comportamiento se repitió con los presidentes de Madrid, Esperanza Aguirre -que voló desde Andalucía-, Canarias, Paulino Rivero, y Andalucía, Manuel Chaves, que decidieron interrumpir las vacaciones para regresar a sus respectivos despachos.

El Gobierno central, en permanente comunicación con el Rey, movilizó a buena parte de sus ministros, en un nuevo gesto para evitar que se le achacase cierta inacción, como sí ha sucedido en las últimas semanas con su actuación para atajar la crisis económica. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, así como la titular de Fomento, Magdalena Álvarez, se desplazaron desde Cataluña y Málaga hasta Barajas, donde ya se encontraban desde poco después del siniestro los ministros de Interior, Trabajo y Justicia. Allí coincidieron, asimismo, con las autoridades locales, encabezadas por el alcalde Alberto Ruiz Gallardón, el primero en llegar a las instalaciones. El regidor estuvo acompañado por la teniente de alcalde, Ana Botella, y el consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados. El primer edil reconoció que el accidente había sido una «tragedia incalificable».

Sarkozy, Merkel y Brown

La mayoría de los partidos e instituciones autonómicas mostraron en público sus condolencias y ofrecieron el envío de equipos sanitarios, de psicólogos y de emergencias para colaborar en el operativo. Así lo hicieron las administraciones de Galicia, Cataluña, Extremadura, La Rioja y Cantabria. Aunque el Ejecutivo vasco no emitió ningún comunicado oficial para valorar el accidente aéreo, el PNV decidió a última hora suspender una rueda de prensa de Joseba Egibar para analizar hoy la última decisión del Tribunal Constitucional sobre el recurso judicial presentado contra la consulta de Ibarretxe.

También quisieron expresar su solidaridad con las víctimas y sus familiares el ex presidente del Gobierno José María Aznar, así como las autoridades eclesiásticas. El arzobispo de Madrid y la Conferencia Episcopal, esta última mediante un mensaje 'sms' enviado a los medios, mostraron su «profunda conmoción» por lo ocurrido. La solidaridad se extendió también a nivel internacional. Hicieron público su apoyo los presidentes de Francia, Portugal, Alemania y Reino Unido, el máximo dirigente de la Unión Europea, José Manuel Durao Barroso, y los gobiernos de Colombia y Estados Unidos.