Los vecinos afectados por los retrasos de la séptima fase./ Jesús Villasante
infraestructuras

Las obras del Cerro del Moro continuarán paradas mientras no se actualicen los pagos

Los vecinos mayores afectados por los retrasos se ven obligados a vivir en un edificio sin ascensor

Cádiz Actualizado: Guardar
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En la rueda de prensa que se ha desarrollado de forma informal en la calle los 31 obreros afectados han aclarado que han paralizado su actividad desde el pasado jueves 14 de agosto y que "no volverán al trabajo hasta que la empresa no actualice los pagos de las nóminas" como destaca Dionisio Aguilar.

Ante esta situación la empresa no se ha pronunciado aunque si ha querido acallar las protestas de los trabajadores pagándoles 800 euros sin distinguir categorías. A pesar de esto los obreros se muestran inflexibles con la subcontrata ya que este problema se repitió hace tan sólo dos meses. La situación es mucho peor para los 10 trabajadores que vienen desde Villamartín con el consiguiente gasto de carburante.

Todos los afectados por la situación señalan como culpable a la Junta de Andalucía por permitir las subcontratas. La administración andaluza adjudicó las obras DHO (Dico Harinsa Obras) que a su vez contrató a Constramante, una empresa de Madrid sin personal en Cádiz y que es la responsable del impago. Según José Martínez, representante del sindicato, " es intolerable que una institución pública como la Junta de Andalucía permita las subcontratas en sus adjudicaciones".

El resultado de esta situación es que las obras, que constituyen la sexta fase de remodelación del barrio y debería terminar este verano, no acabarán ni siquiera en diciembre. Ante el hecho la presidenta de la asociación de vecinos del barrio considera que " el Cerro del Moro se siente perjudicado ya que las obras de la séptima fase también comenzarán con retraso por culpa de esta obra".

Mientras la situación de descontento de los vecinos por la situación es evidente. El retraso en la sexta fase hará que la séptima fase se inicie más tarde. Esta situación obliga a los vecinos a vivir en un edificio sin ascensor lo que supone un verdadero problema para los más mayores. Algunos de ellos llevan más de dos años sin poder pisar la calle.