La morosidad se dispara al 1,608% en junio, su nivel máximo en nueve años

La morosidad de las entidades de crédito españolas alcanzó en junio el 1,608% de los créditos, su nivel más elevado desde el verano de 1999, cuando, doce meses antes, esa proporción estaba en el 0,690%. Los préstamos de dudoso cobro han aumentado en ese periodo el 164%, hasta alcanzar la cifra de 28.408 millones, que casi triplica los 10.770 millones de un año antes. La proporción no es todavía inquietante -los 'grandes' países de la zona euro presentan porcentajes que oscilan entre el 4% y el 6%- pero empieza a preocupar la celeridad que muestra ese ascenso, que ya lleva doce meses consecutivos de escalada. Máxime cuando aún están por computar los préstamos concedidos a empresas del sector inmobiliario que han presentado concurso de acreedores -antigua suspensión de pagos- en las últimas semanas.

Muchas causas se suman a esta progresión de los impagados, desde el gran volumen de créditos que, tiempo atrás, concedían las entidades, al encarecimiento de los tipos de interés, el desplome de la construcción y el deterioro de las rentas de los hogares por el empeoramiento del mercado laboral. Sin olvidar los cambios normativos impuestos por el Banco de España.

Comparaciones

En las cajas, la proporción de morosos se elevó al 1,909% a mediados de año, lo que deja previsiblemente corta la estimación de los directivos de la Confederación que integra a la mayoría de estas entidades de ahorro (CECA). Su presidente, Juan Ramón Quintás, situó en el 2,3% la tasa de deudores que se alcanzará en el mes de diciembre, aunque elevó la proyección al 4% para 2009, tras conocer los datos actualizados que rebajan de forma drástica las proyecciones de crecimiento económico. Más explícito, el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, apuntó que los impagados «llegarán en tromba» en meses venideros.

La morosidad de los bancos se queda en el 1,283%, proporción que también contrasta con el 0,649% de junio de 2007. En la presentación de resultados semestrales, fueron las entidades de tamaño mediano -muchas de ellas, alcanzaron importantes compromisos con el sector inmobiliario- las que reconocieron que prevén llegar a tasas de morosidad superiores al 2% en los meses finales de este ejercicio. Finalmente, en las cooperativas de crédito o cajas rurales, los impagados ha pasado del 0,862% que presentaban un año atrás, al 1,591% del pasado junio.

En el conjunto de entidades de crédito, la morosidad crece al tiempo que la actividad se frena. En paralelo al avance de los impagados, bancos, cajas y cooperativas restringían su actividad: el volumen de préstamos concedidos creció en doce meses a un ritmo del 11%, el más bajo de los últimos años.

El Banco de España insiste en que la comparación internacional de las tasas de morosidad de España refuerza el bajo nivel del punto de partida de las entidades nacionales. Con datos de finales 2007, la proporción -que estaba entonces en España próxima al 1%- se comparaba muy bien con el 5,7% de Alemania, el 5,3% de Italia o el 4% de Francia. Lo cierto es que estos países presentan algunas diferencias de cómputo: en España, un crédito moroso se da de baja cuando transcurren cuatro años desde que entra en mora, para considerarse a partir de entonces fallido; otros países de la zona euro mantienen el préstamo como moroso en tanto no se recupera.

Por descontado, la tasa del 1,6% de morosidad alcanzada en junio tampoco resiste la comparación con los máximos alcanzados en el sistema crediticio español durante la crisis de los noventa. El peor de los referentes posibles es el año 1993, cuando la economía española atravesó un periodo de recesión. Entonces la morosidad hipotecaria trepó por encima del 4%, la empresarial subió al 8% y la de promotores se disparó al 13%.