COLORIDO. Alejandro Alonso y Adrián Iglesias vendiendo sus flores en San Francisco.
Jerez

Un trabajo florido

Alejandro Alonso forma parte de la última generación de floristas que, desde hace años, venden sus flores en San Francisco

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Las flores que no pueden faltar en la puerta de San Francisco las ponen la familia Alonso desde hace muchos años. Ahora se encarga del negocio Alejandro, un chico que desde pequeño ha ido aprendiendo el oficio de las flores. «Desde hace dos años lo llevo yo. Cuando lo dejó mi hermano, me tuve que hacer cargo», comenta.

El negocio de las flores tiene también su dedicación. «Bueno, se libra poco porque de martes a sábado estamos aquí en la puerta de San Francisco para irnos, el domingo, a la puerta del cementerio. El lunes intentamos cogerlo libre», subraya con un ramo en las manos.

Los claves están metidos en un cubo con agua, para que aguanten, mientras que devotos de San Judas van llegando para ofrecer al santo ese ramo de flores como agradecimiento a un favor cumplido y secreto.

Sin embargo, Alejandro Alonso también destaca que «no solamente son devotos que entran en la iglesia conventual. Algunos enamorados o un señor que quiere ofrecerle un regalito a la señora. Siempre hay alguien que te pide las flores que más duren para que la alegría de la señora se dilate en el tiempo», comenta con gracia Alejandro.

Propuestas

Tanto Alonso como Adrián Iglesias, su compañero en el improvisado templete, prosiguen con la preparación de ramos. «Ahora claveles o gerveras con algunas albahacas son las propuestas de estos floristas que están a pie de calle. «Siempre hay algo de temporada. La primavera es la época más interesante, pero ya te digo que siempre tenemos algo del tiempo. Ahora, por ejemplo, las plantas aromáticas, o los mismos cactos que también tienen sus clientes», subraya. Con flores en una de las zonas más concurridas de la ciudad. Alejandro Alonso y su compañero Adrián sabe un rato de lo que es ofrecer a alguien uno de los mejores regalos: las flores.