ARTESANÍA. Zoco de Jerez en la plaza Peones. / LA VOZ
Jerez

El arte y la exclusividad del abanico

Mercedes Narbona lleva once años realizando abanicos artesanos y su labor es reconocida internacionalmente

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El valor del trabajo y la labor diaria de cada persona no siempre es reconocida. Pero éste no es el caso de Mercedes Narbona, artesana que puede presumir con motivo de su destreza en la creación de nuevos estilos de abanicos, a pesar de sus propias dudas en calificar esa habilidad de arte. «No me gusta llamarlo manualidades, y arte lo veo demasiado grande», opina.

Meme, nombre artístico de la jerezana, estudió abaniquería en la Escuela de Arte de Cádiz, cuando ya contaba con el título de cerámica de la Escuela de Jerez. Desde el año 1997, tras la finalización de estos estudios, Mercedes se ha dedicado a desarrollar este trabajo artesano, además de impartir clases en su centro de artes plásticas, en el que trabaja como gerente y de monitora.

En cuanto a esa labor formativa en la calle Cantarerías, presenta una oferta variada relacionada con las artes aplicadas, desde cerámica, bisutería, pintura en seda o reciclado de muebles. Esta ocupación la compagina con la creación de originales abanicos, de manera que son muchos los clientes que desean hacerse con uno de estos utensilios hecho a mano por ella.

A lo largo de su trayectoria profesional, muchas han sido las ofertas que ha tenido Mercedes, y en numerosas ocasiones ha visto cómo diferentes medios de comunicación se han interesado por su trabajo. Muchos se han puesto en contacto con ella con el objetivo de difundir su destreza artística por todo el mundo. De esta manera, su última publicación ha sido en una revista inglesa, lo que le ha llevado a recibir numerosas demandas de clientes procedentes del Reino Unido. «Vienen muchos ingleses a llevarse abanicos con la revista debajo del brazo», comenta sonriente.

El punto de venta para estos exclusivos abanicos hechos a mano está en el Zoco de Artesanos de Jerez, ubicado en la plaza Peones, donde su madre tiene una tienda. El éxito de esta artesana es indiscutible, pues «yo siempre digo que si hiciera tres abanicos diarios, los vendería, porque en Estados Unidos, sobre todo, me lo reclaman mucho».

Pero no sólo fuera de España demandan estos utensilios; también recibe encargos de la propia ciudad. «Los jerezanos también demandan abanicos, sobre todo como complemento del vestido», apunta la propia Meme.

Estos abanicos artesanales no sólo son decorativos, pues, como comenta ella misma, «por supuesto echan viento». «Hay que saber donde se le hacen los calados para que siga abanicando. Depende si una persona es diestra o es zurda, hay que conocer quién lo va a llevar», añade.

Además, la originalidad, la exclusividad y el diseño personal son los rasgos que definen estos objetos. La riqueza del varillaje y de los materiales es esencial para la calidad de esta artesanía, según explica, desde la madera de peral, idónea para el abanico, el nácar o las sedas naturales, entre otros materiales. Cada ejemplar es diferente y único, de ahí la riqueza de este arte.

Por su parte, la familia de Mercedes se ha dedicado durante toda la vida a la artesanía, y tanto en la tienda del Zoco como en el centro formativo se consideran una única empresa en la que trabajan juntos, ya que, como ella define, en la familia «somos uno».