ANDALUCÍA

La 'campaña de verano' de la banda suma ya siete bombas

Las bombas que ayer estallaron en Málaga son el sexto y séptimo artefacto de la siniestra campaña estival de la organización terrorista, iniciada hace un mes en Cantabria, donde hizo estallar el 20 de julio cuatro tarteras con entre tres y cinco kilos de explosivos cada una en dos puntos distintos de la playa de Laredo y en una playa y el campo de golf de Noja. Las cuatro explosiones no causaron víctimas debido, en gran parte, a que las playas en las que los artefactos fueron colocados no estaban muy concurridas por las adversas condiciones meteorológicas.

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El quinto artefacto de la campaña terrorista de este año estalló el 29 de julio, hace 19 días, junto al paseo marítimo de La Carihuela, en Torremolinos, contiguo al puerto deportivo de Benalmádena, donde ayer explotó una de las bombas. Ninguna de las siete explosiones ha causado heridos.

Con éste son ya 23 los atentados de la banda etarra en Málaga y la Costa del Sol, lo que confirma a la provincia como uno de los principales objetivos turísticos de los terroristas. Esta oleada de violencia se inició en Marbella y Benidorm en el verano de 1979, y a partir de entonces, de forma más o menos cíclica los atentados y avisos de bomba a modo de advertencia se han sucedido durante tres décadas en la provincia con una única víctima mortal en el año 2000, el concejal popular de Málaga José María Martín Carpena. La Costa occidental ha sido la zona más azotada por la banda junto a la capital. Marbella, en dos ocasiones, Fuengirola, Torremolinos y ahora Benalmádena se unen a la negra lista de municipios costeros con atentados de ETA.