Un grupo de mujeres espera su turno para votar en la población de El Alto. / REUTERS
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Los bolivianos votan la continuidad de Morales en una jornada sin incidentes

Los sondeos indican que el presidente mantendrá su cargo y que tres prefectos pueden ser destituidos

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Más de cuatro millones de bolivianos estaban convocados ayer a participar en un inédito referéndum revocatorio del mandato del presidente, el vicepresidente y ocho de los nueve gobernadores del país, quienes confiaban en sobrevivir al voto. Según los últimos sondeos, así debería ser para la mayoría pero dos o tres prefectos perderían su cargo.

Tanto el presidente Evo Morales como su segundo, Álvaro García Linera, y los gobernadores acudieron a las urnas antes del mediodía. La jornada transcurrió sin incidentes destacables, salvo una denuncia de intento de agresión con arma de fuego contra el prefecto de La Paz, José Luis Paredes, otra por fraude del padrón electoral, los prefectos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija declarados en huelga de hambre y el de Cochabamba que no reconoce la consulta. Sin embargo, gobierno y opositores coincidieron en que la consulta debía desarrollarse en paz e invitaron a los electores a ejercer su voto.

Morales lo hizo en una escuela de El Chapare, la región cocalera donde tiene su feudo, acompañado de dos de sus hijos. Seguro de la victoria, invitó a sus compatriotas a decidir de manera «consciente y sana» la continuidad o la salida de las autoridades de la nación suramericana.

El líder cocalero, de 48 años, recordó que era «un día histórico», dijo que esperaba que la consulta «sirva para profundizar la democracia» y sostuvo que «los resultados, que deben ser respetados, permitirán que haya un nuevo escenario político». Pero reconoció que el referéndum «nos obligará a un reencuentro de sus autoridades» y a «una reconciliación del pueblo boliviano».

Los colegios abrieron a las 8 de la mañana (14.00 en España) y cerraron ocho horas más tarde. No se esperaban resultados oficiales aunque varias empresas de comunicación iban a dar sondeos. De todas formas, el gobierno no parece preocupado ante la posibilidad de perder, aunque la votación en la segunda reserva de gas natural del continente abre varios escenarios: Morales gana y sale fortalecido, pierde y se convocan nuevas elecciones, o gana él y ganan algunos prefectos -lo previsible- y entonces todo sigue igual.

Si como todo parece indicar el indígena aymara es ratificado, saldrá reforzado. Pero al menos tres de sus enemigos también permanecerán en el cargo -las encuestas aseguran el triunfo del prefecto de Santa Cruz, Rubén Costa, caudillo de la oposición autonomista- , por lo que en esos territorios se intensificaría el autonomismo y el rechazo a su mandato. Se presume que sean revocados los de Cochabamba, Pando y Tarija. Pero en otras provincias se reproduciría el panorama actual: autoridades departamentales que han declarado la autonomía -a espaldas de la legalidad, según el gobierno- y que reclaman la devolución de unos fondos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) que el ejecutivo tomó de los presupuestos regionales para pagar un bono a personas de la tercera edad.

La ley electoral establecía que si el 'no' superaba el porcentaje obtenido para su elección serían revocados, como se mantiene para Morales y Linera, de manera que más del 53,74 % del padrón deberían votar 'no'. Sin embargo, la Corte Nacional Electoral (CNE) modificó un estándar. Para los prefectos elegidos con porcentajes de entre el 38 y el 48%, las papeletas en contra deberán superar el 50%.