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Bush arremete contra China a pocas horas de su llegada a los JJ. OO.

El presidente de EE UU, George W. Bush, pronunció ayer un duro discurso contra China y la situación de los derechos humanos en este país tan sólo horas antes de su llegada a Pekín para asistir a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. Bush expresó en Bangkok su «firme oposición» a la detención de disidentes, defensores de los derechos humanos y activistas religiosos.

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«Estados Unidos cree que el pueblo de China merece la libertad fundamental que supone el derecho natural de todos los seres humanos», afirmó «Nosotros hablamos en favor de una prensa libre, libertad de reunión y derechos laborales no para enfrentarnos con los dirigentes chinos, sino porque confiar a su pueblo una mayor libertad es el único modo para que China desarrolle su pleno potencial», explicó el presidente estadounidense.

En su discurso, el mandatario estadounidense reconoció el creciente potencial económico del gigante asiático, pero consideró que Pekín debería ser consciente de las responsabilidades que ello conlleva.