ADIÓS. Ronaldo le ha dado la espalda al Madrid. / EFE
REAL MADRID

Ferguson acaba con el sueño de Ramón Calderón

Las presiones del manager escocés pueden más que el dinero del Madrid y los deseos de Cristiano Ronaldo

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Todo el mundo hablaba de la llegada de Cristiano Ronaldo al Real Madrid. De cuánto iba a cobrar, los años de contrato, la desorbitada cifra que el club blanco iba a desembolsar al Manchester por el traspaso. Mientras, un hombre se desgañitaba e intentaba hacerse oír en la algarabía de declaraciones de futbolistas, directivos, periodistas y aficionados. Ese hombre era el manager general del Manchester, Alex Ferguson, que parecía clamar sólo en el desierto pero que ha conseguido su objetivo: que Ronaldo permanezca un año más en Inglaterra.

Ronaldo aseguró ayer en una entrevista a un diario luso que seguirá un año más en el club inglés, donde luchará y se entregará en «cuerpo y alma». Confirmó que su deseo fue que el Manchester aceptara la oferta por su traspaso. «Decir lo contrario es engañar a la gente y a mi propia conciencia», y asumió toda la responsabilidad por las deterioradas relaciones existentes entre ambos equipos. Esto se produjo tras una conversación que mantuvo con Ferguson en la que ambos expusieron sus argumentos y llegaron al acuerdo de que permaneciera en Inglaterra al menos una temporada más. Uno de los argumentos del portugués para explicar esta decisión reside en la gran admiración que siente por el entrenador escocés.

Para el técnico de los diablos rojos, el caso Ronaldo se había convertido en algo personal. Es imposible entender de otra forma las salidas de tono de muchas de sus declaraciones. Acusó al conjunto merengue de falta de ética por intentar fichar a un jugador con contrato en vigor hasta el 2012. Tildó de «idiota» a un periodista español por algo tan ofensivo como preguntar por la posible llegada del astro portugués al Madrid. Y logró convencer a los dueños del club para que denunciaran al conjunto de Chamartín a la FIFA por su comportamiento «totalmente inaceptable». Nadaba contracorriente, es decir, contra el deseo del futbolista, contra la lógica económica (90 millones de ingreso), e incluso contra la historia que afirma que un jugador acaba marchándose al equipo que quiere.

Un nuevo fracaso

El presidente del Real Madrid, Ramón Calderón lo avisó en la presentación de Van der Vaart. «Este es el primero y seguramente único fichaje», afirmó. Muchos lo interpretaron como un ardid, un movimiento más en la partida de ajedrez, pero ahora se revela como una aseveración muy veraz.