ANDALUCÍA

Detienen a dos hombres especializados en asaltar a jubilados

Un hombre y una mujer se le acercaron cuando se encontraba en la calle Jerez Perchet. Empezaron a entretenerlo con preguntas triviales. Dónde está este sitio, cómo podemos ir hasta allí. Estaban preparando el robo. Pero se equivocaron de víctima. Su objetivo, un hombre que rondaba los 60 años, resultó ser un policía nacional. Fue su último golpe.

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Los jubilados malagueños se han convertido en los últimos meses en el blanco de un grupo de delincuentes que se dedicaban a asaltarlos a la salida de bancos o parques públicos. Una investigación policial ha permitido detener a dos presuntos integrantes de esta banda, a los que se atribuyen doce hurtos y cinco robos con violencia e intimidación.

El perfil de las víctimas se repetía en todos los casos. Hombres mayores, de 58 a 70 años. El ámbito de actuación de este grupo eran las inmediaciones de entidades bancarias, hogares o centros de jubilados y parques públicos.

Modus operandi

Según explicaron fuentes policiales, el modus operandi de esta banda consistía en abordar a sus víctimas de forma inesperada con la excusa de preguntarles por algún lugar o un comercio, haciéndoles ver que eran extranjeros y no hablaban bien en español.

Una vez que habían establecido contacto verbal, pasaban a la acción. Se acercaban a los afectados y, con disimulo, les palpaban la ropa en busca de la cartera. De este modo, según las fuentes, conseguían sustraerles el dinero que acababan de sacar del banco. Nunca iban solos. Solían actuar acompañados de mujeres cuya misión era avisarles si aparecía un vehículo policial.

La oleada de hurtos generó una gran alarma social en la ciudad. Entre los jubilados se había corrido la voz de que unos ladrones andaban sueltos y sus objetivos eran siempre los mayores. Y eran potencialmente violentos. Si la víctima se resistía -según las fuentes- la tiraban al suelo poniéndole la zancadilla o cogiéndola por el cuello.

La cuantía del botín no solía ser elevada. De cincuenta a cien euros de media. A un jubilado, por ejemplo, le quitaron veinte euros que pensaba regalar a sus nietos.

Los agentes del Grupo de Investigación de la comisaría del distrito Norte recopilaron las denuncias para intentar esclarecer los robos. En muchos casos, las víctimas, por su edad, tenían problemas de visión o de movilidad, lo que dificultó la identificación de los autores.

A ello se unía la movilidad de la banda. Según las fuentes, los sospechosos solían cambiar con frecuencia de provincia; no en vano, sobre uno de ellos pesaban siete órdenes de averiguación de paradero y una reclamación dictadas por juzgados de Granada.