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Una avalancha humana enluta India

La festividad religiosa hindú del Shravan Ashtami se tiñó ayer de sangre y dolor cuando apenas se empezaba a celebrar. Nada presagiaba que un fiesta de conmemoración con tanta tradición iba a terminar en tragedia. Pero de pronto los rezos y los cantos se apagaron. Una estampida humana acabó con al menos 145 peregrinos de los miles que se congregaban en las proximidades del famoso templo de Naina Devi ubicado en el distrito de Bilaspur y perteneciente al estado norteño indio de Himachal Pradesh. Entre las víctimas mortales hay numerosas mujeres y más de una treintena de niños. Además se contabilizaron un centenar largo de heridos, muchos de ellos de gravedad por lo que se teme que se incremente la cifra de muertos.

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Según la Policía de Bilaspur, todo comenzó cuando alguien gritó, sin ningún tipo de verosimilitud, que se estaba produciendo un desprendimiento de rocas en la colina en la que se encuentra el templo. El pánico se desató y el caos ya fue imparable. El empuje de la multitud hizo que se derrumbara el sistema de verjas que rodea el templo. En su intento de huida desesperada muchos tropezaron y fueron aplastados por los que les seguían. Otras de las víctimas trataron de tranquilizar a la muchedumbre para que no saliera corriendo, lo que también acabó con sus vidas.

Las tareas de rescate para trasladar a los heridos a los hospitales fueron muy complicadas debido a las dificultades de acceso al templo -hay que recorrer unos cien metros a pie en el tramo final-, las inclementes condiciones meteorológicas y la total falta de coordinación entre los equipos de salvamento, según recogió la agencia de noticias local IANS.

Algunos supervivientes comentaron a la misma agencia que los cadáveres se amontonaban en la carretera de acceso al centro religioso. Otros testimonios hablaban de que muchos de los peregrinos fallecidos iban ataviados con las ropas típicas para presentar sus ofrendas al templo, lo que daba a la escena un aspecto aún más dramático. Familiares de las víctimas se desplazaron de inmediato hasta el lugar del suceso para intentar localizar a sus parientes o reconocerles una vez que fueron trasladados al depósito de cadáveres.

El director adjunto de la Policía de Shimla, la capital del estado, D. S. Manhas, indicó que el recuento de víctimas todavía no era definitivo. «Me temo que la magnitud de la tragedia sea mucho mayor», lamentaba sabedor de que muchas personas aún estaban atrapadas y otras se encontraban en estado crítico. Por su parte, la gobernadora del estado de Himachal Pradesh, Prabha Rau, se mostraba sobrecogida por lo sucedido al tiempo que expresaba sus condolencias a los familiares de las víctimas. «Es algo que no se puede explicar con palabras», manifestaba apesadumbrada. «Confortar a los parientes es de lo poco que podemos hacer».