TORERO. Francisco Rivera Ordóñez afirma que nunca se había imaginado que llegaría a darle la alternativa a su hermano Cayetano.
Cultura

«Respetamos más a los antitaurinos que ellos a nosotros»

El diestro, que hoy torea en El Puerto, celebrará su corrida mil en la plaza de Estepona, matando seis toros en un festejo; «Estoy nervioso, nunca pensé que llegaría a esa cifra»

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Faltan pocas horas para que haga el paseíllo en la plaza de toros de El Puerto. Con gesto relajado, Francisco Rivera Ordóñez atiende a la prensa en una entrevista en exclusiva con motivo de la celebración, el próximo día 17 de agosto, de la corrida número mil de su carrera taurina. Durante el encuentro habla de la importancia de este hito en su trayectoria, pero también sobre sus trece años como matador de toros, el miedo o la situación de la fiesta en los inicios del siglo XXI.

-¿Alguna vez pensó que llegaría a torear mil corridas?

-Nunca. No soy un torero de preocuparme en exceso por cuánto voy a torear este año y de querer quedar el primero del escalafón. Tal es así que no teníamos ni idea y fue el mozo de espadas de El Cordobés el que nos dijo que me faltaban treinta corridas para llegar a las mil. No me lo podía creer y a partir de ese día empezamos a prepararlo.

-¿Qué sensaciones tiene a pocos días vista de esta cita?

-Pienso mucho en ese día. Se ha convertido en importante y especial. Mil corridas de toros no se torean todos los días. Los amigos están respondiendo, la causa merece la pena, y va todo a una gran velocidad. Estoy nervioso.

-¿Por qué ha elegido el flamenco como música?

-A mí el flamenco me encanta. Antes de ir a la plaza escucho flamenco, en casa Y también por darle un carácter más especial a la corrida si cabe. Además, no viene cualquiera. Vienen flamencos de altísimo nivel como el Morao, Fernando de la Morena, Diego Carrasco, Fernando Soto, Antonio Santiago, Primero son amigos y después tienen toda mi admiración. Y viene la banda de música de Los Barrios, que es de las mejores que hay en Andalucía. Se ha conseguido hacer un día muy bonito.

-¿Por qué en Estepona y no en Ronda, que es una plaza tan vinculada a usted y su familia?

-Lo estuvimos pensando y meditando. Lo que pasa es que Ronda es muy especial y una responsabilidad muy grande. Estepona es una plaza que me trae buenos recuerdos. Esa plaza la hizo mi abuelo y la verdad es que pensamos en varias opciones y, al final, nos decidimos por Estepona. El empresario, Salvador Vega, se ha portado muy bien, no tengo palabras suficientes de agradecimiento y nunca le podré devolver el favor que me está haciendo.

-¿Para ese día tiene previsto hacer algo especial?

-Matar seis toros siempre es especial. No se puede guionizar un día de toros. Con seis toros no puedes caer en la monotonía, es un día para hacer cosas y dejar fluir lo que yo siento y pisar el acelerador. Para mí se ha convertido, por lo señalado de ese día, en una tarde especial de mi vida taurina. Deseo hacer el toreo que llevo dentro.

Los apellidos

-En su carrera profesional, ¿sus apellidos le han ayudado o en determinados momentos han servido para que se le mire con un rasero distinto a otros toreros?

-La balanza se ha compensado bien. Los apellidos han ayudado. Primero teniendo al más grande de todos los grandes a mi lado, que ha sido Antonio Ordóñez. En segundo lugar ha abierto muchas puertas. Anunciar al hijo de Paquirri y nieto de Ordóñez en cualquier feria de primera te daba esa credibilidad. También es cierto que la gente me ha exigido más.

-De esas 1.000 corridas, siempre hay una que viene a la memoria, ¿cuál sería?

-Gracias a Dios hay más de una. Ahora que se aproxima la número mil, están viniendo muchos recuerdos de tardes. Últimamente me estoy acordando de una faena a un toro en Bilbao, pero también de otras en Málaga, en Sevilla, Ronda, Tomelloso, faenas que te han hecho sentir especial no sólo por la importancia de la plaza sino más por lo que el toro y uno han sentido en ese momento. También está muy presente la alternativa.

-¿Aquellas tardes menos buenas o malas también vendrán estos días a la memoria?

-Esas están y van a estar toda la vida, pero vienen menos. La grandeza del toro es que lo bueno perdura más que lo malo. Una tarde buena te compensa diez malas.

El cartel ideal

-¿Y el cartel ideal?

-Para mí que Espartaco me diera la alternativa fue muy importante, porque era un torero que yo admiraba de chaval. Después he compartido cartel con toreros como Paco Ojeda, al que he admirado hasta el infinito y con el que he tenido la oportunidad de compartir alguna tarde, al igual que con Curro Romero, con Rafael de Paula en Jerez, Luego hay un cartel muy bonito con el que he toreado, que es Joselito y Ponce; con Manzanares padre he disfrutado muchísimo y tengo el orgullo de haberle dado la alternativa a Manzanares hijo Un cartel que a mí me dio mucho y se repitió bastante fue Litri, Jesulín y yo. Ahora con El Juli, torear con El Fandi, que es un gran torero y un compañero excepcional No me puedo quejar. Y, sobre todo, dar la alternativa a mi hermano, algo que nunca siquiera había imaginado.

-Estas mil corridas llegan cuando cumple usted trece años de alternativa, ¿es supersticioso?

-No lo soy. Tengo dos o tres manías, pero no me creo supersticioso. Sí, son trece años de alternativa y catorce temporadas, en las que ha pasado de todo.

-Viene usted compaginando su labor en el ruedo con la gestión de varias plazas, ¿cómo lleva esa dualidad?

-A lo que le dedico más tiempo y en lo que estoy más centrado es el toro. Como empresario tengo un equipo de gente increíble, con gente como Curro Vega, José María Almodóvar, Lucía Núñez, Antonio Gutiérrez, el Tato,... Sería incapaz de llevar eso a cabo sin ellos y sin echar muchas horas.

Comparación de hermanos

-Las comparaciones suelen ser odiosas y más cuando se hace entre hermanos. Desde que Cayetano irrumpió en el toreo, se dice que su toreo se asemeja más al de su abuelo, Antonio Ordóñez, y el suyo al de su padre, Francisco Rivera Paquirri. ¿Comparte esa impresión?

-A mí me encanta. Cuando me llaman Paquirri es el piropo más grande que me pueden echar. Yo me siento muy Paquirri, cada día me siento más. También me gusta cuando me dicen que he recordado, por ejemplo toreando con el capote, a mi abuelo. Si los aficionados te comparan con esos dos toreros, que son palabras mayores, malo no es.

-En alguna entrevista ha reconocido que le hubiera gustado anunciarse como Paquirri.

-No creo que sea ya el momento, pero me hubiera gustado anunciarme como Paquirri desde el primer día. Siempre fue mi ilusión, pero por respeto a mi abuelo opté por Rivera Ordóñez, aunque es una espinita pequeñita que tengo ahí clavada. Hay compañeros que me llaman Paquirri y eso me encanta.

La prensa del corazón

-Usted es una persona pública a la que la llamada prensa del corazón persigue por lo que hace en su vida privada, ¿en algún momento eso le ha afectado a su labor en el ruedo, a la concentración en el toro, ?

-Mucho y, además, me ha hecho mucho daño profesionalmente. La gente ha ido con muchos prejuicios a la plaza de toros y me han querido menospreciar como torero en muchos momentos. También ha hecho bien. Un torero tiene que tener un tirón mediático igual que un cantante, un actor, hace falta, pero bien encauzado. En España he vivido momentos muy delicados con programas muy desagradables, sin ningún respeto, sin ninguna ética, que han hecho mucho daño a mucha gente, personalmente hablando. Y exteriormente también porque al tú ser atacado tenías una reacción de defensa que no era entendible para quien estaba viendo la televisión; luego ese va a la plaza con una imagen tuya que no es la verdadera. Me ha hecho daño.

Dominar el miedo

-¿Cómo se vence el miedo?

-He pensado mucho en él. Sin miedo no hay valor. El miedo tiene que existir, lo que hay es que dominarlo. ¿Cómo? No lo sé, si supiera la ecuación Sí creo que hay toreros que tienen más valor que otros, que vencen mejor el miedo que otros, Pero el miedo no es sólo miedo al dolor físico, sino a la responsabilidad, a tus sueños, a querer estar por encima de los demás, a conseguir tus metas.