¿Huertos de ocio o de negocio?

El de los huertos de ocio de San José Obrero es un caso complejo y enrevesado, por lo que es bueno saber quién es quien en esta historia a la que aún le queda bastante recorrido en los tribunales pese a la primera sentencia dictada por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Jerez. El objeto de la polémica es una finca ubicada en el sector 30, San José Obrero. En mayo de 1988 la GMU acordó la cesión de la explotación de dicha finca mediante un sistema denominado huertos de ocio por el que los solicitantes que reuniesen unos requisitos determinados administrativamente y pagasen un canon de 25 pesetas por metro cuadrado y semestre se convertirían, como así ocurrió, en adjudicatarios de dichas parcelas. En aquel entonces el PGOU recogía estos terrenos como suelo urbanizable no programado. En agosto de 2003 el gerente de la GMU realiza una propuesta de incoación de expediente requiriendo a los adjudicatarios que desalojasen sus huertos de ocio y devolviesen las parcelas a Urbanismo. Al mismo tiempo, la Gerencia había llegado a un acuerdo de permuta con la empresa Xera Promociones para que, en unas condiciones ciertamente ventajosas, esta promotora se quedase con los terrenos y construyese unifamiliares.

Los parcelistas se negaron a abandonar sus huertos alegando que la GMU no tenía derecho a echarlos de allí. Pese a todo, las máquinas entraron por la fuerza en las parcelas procediendo a un desalojo forzoso de las mismas. Finalmente, la constructora levantó su promoción de viviendas y los afectados recurrieron a la Justicia ante el convencimiento de que se habían producido irregularidades manifiestas en todo este proceso. El caso está en el Juzgado de Instrucción Número 2.