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En derecho

El verano está vinculado a cavilar, cavilar al ocio, el ocio a la perennal solicitud, la solicitud al derecho, y aunque no tenga derecho voy a torcerle un poema a Alberti: Las tierras, las tierras de España, / la grande, la sola desierta llanura, / galopa Martinsa cuatralbo, / jinete del pueblo, que la tierra es tuya... / Ya te la puedes comer toa, pisha... (por la cosa del retruécano de igualar la lírica con la épica), porque en esto Muñoz Tapia lo tiene claro y tiene derecho a expresarse: «Ya era hora de que la crisis inmobiliaria pasara factura».

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Pero vayamos a la solicitud del derecho. Sobra decir que negamos la mayor si no somos conscientes de los hechos sujetos a derecho: que Abraham Paz hubiese tirao el penalti derecho adentro de la portería y no derecho al palo. Pero eso no quita que al Cádiz le asista el derecho, fundado, cierto, legítimo, que le faculta para exigir lo que la ley establece en sus normas y principios encaminados a la justicia, y si hasta ahora se ha hecho valer el derecho consuetudinario (que es la costumbre de no hacerle puñetero caso al derecho), el tema se está llevando con mano derecha y tirando por derecho (menos el penalti), por eso, no hay derecho a que el único derecho que no se le niegue al Cádiz y a los que en derecho son cadistas, sea el derecho al pataleo.

En fin, no es consuelo, pero yo también tenía derecho a una vivienda y al ya citado derecho de la pataleta; igual es por cadista, me han dao el segundo, así que me uno a Muñoz Tapia: que se jodan Martinsa, Fadesa, La Colonial y la madre que los parió... ¿Viva la crisis! Hombre, me da cosa por lo de Roca, pa que voy a mentir, lo bueno que era pa cavilar en esta época del año... Igual hubiera salío un artículo más por derecho. Pero a lo hecho, pecho (aquí estoy, pagando un lavadero a precio de chalet en Roche, con dos cojones).