Seguimos igual
Hace unos días podíamos ver en televisión la versión dramatizada de un hecho que conmocionó a todos los ciudadanos de bien de este país, la mayoría de los españoles, no me cabe duda. Fue hace 11 años. El secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, que contaba 29 años, provocó un espasmo en la población. La repulsa y la condena fueron casi unánimes en España. Los terroristas asesinos lanzaron un órdago a la sociedad a sabiendas de que no lograrían su chantaje. Y ese secuestro, con cuenta atrás, nos tuvo en vilo a todos durante 48 horas. Aunque todos sabíamos que Miguel Ángel tenía la sentencia de muerte en el mismo momento en que lo capturaron.
Actualizado: GuardarAlgunos ilusos pudieron pensar que aquel crimen supondría un punto de inflexión en el asunto vasco. La virulencia terrorista, es cierto, ha decrecido sobre todo por los golpes policiales. Pero el germen del terror sigue coleando y el jodido nacionalismo sigue siendo la excusa de determinados políticos para ganar votos. Ibarretxe continúa retando al gobierno con su propuesta de referéndum. Y un salvaje etarra por fin sale a la calle, a vivir junto a varias víctimas de ETA. Ha cumplido su sentencia y legalmente tiene todo el derecho a salir de prisión. Pues, señores, quizá sea necesario cambiar el código penal para así evitar que gentuza como de Juana Chaos pueda salir de prisión y pavonearse de su libertad frente a sus víctimas. Al parecer, el tipo se ha vuelto a declarar en huelga de hambre para protestar por el posible embargo de su piso. Es la tercera que hace. A ver si esta vez la remata hasta el final y nos deja a todos en paz. No sé si ese desenlace serviría de consuelo para los familiares de las 25 personas que este salvaje asesinó.
