Opinion

Me gusta tener nostalgia

A veces me gusta tener recuerdos y recordar cosas que me han ocurrido con anterioridad, los tiempos buenos y bonitos por los que he vivido, y las personas que he conocido que ya no están aquí, y partieron con El Padre.

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Lo bonita que fue mi niñez, mi juventud, eran otros tiempos en los que no se pensaba en botellonas, eran otras gentes distintas y diferentes las que conocía en aquellos años.

No tengo más remedio que decir que era una forma de vida más bonita que la de ahora, aunque habría que decir que eran tiempos distintos, pero tiempos bonitos y alegres.

A veces se me vienen a la cabeza, todas las personas que he conocido y que ya no están con nosotros, personas por las que tenía un apego y un cariño que no sé cómo explicarlo.

Las fiestas se vivían hasta de otra manera, la Semana Santa, la feria y el Rocío eran diferentes, había más armonía entre los unos y los otros y eso que no había los sueldos que hay ahora, pero éramos tan felices, nos conformábamos con cualquier cosa. Había cine de verano con nevería para refrescarse, cosa que ha desaparecido del mapa. Claro, cómo no va a desaparecer si lo que predomina es la botellona y el hacer daño en la calle, (robar bolsos a las señoras, quemar contenedores y hacerle daño a las bicicletas públicas) cosa que no ocurría antes.

Las familias estaban más unidas, el ir de viaje era un acontecimiento, el madrugar era bonito, se decía con la fresquita, si se iba al campo por ejemplo. Esta carta sería bastante más larga si no me saltara más de un apunte de lo que era la vida entre los sesenta, y setenta, ya en los ochenta fue cambiando. Donde se ha visto que un profesor de instituto entre en el aula de la clase con miedo a que se le enfrente algún alumno, eso no pasaba antes. Estamos de acuerdo que en democracia se vive muy bien, pero el encanto de antes, las generaciones venideras no lo conocerán. ¿Cuanto echo de menos aquellos tiempos de mi infancia y juventud!