ESCENARIO. La plaza de San Antonio fue uno de los improvisados tablaos del casco antiguo. / V. LÓPEZ
Cultura

El paseo del ritmo

El desfile multicultural, un auténtico homenaje a la diversidad, mantiene su fuerza como apertura del XXVI Festival Internacional de Folklore de Cádiz

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Resuenan los tambores, los estandartes se enfilan, el público se impacienta y sus cuerpos que comienzan, poco a poco, a balancearse al ritmo de la música. Ya está aquí el XXVI Festival Internacional de Folklore de Cádiz con su desfile multicultural, que sirve de presentación a los participantes y se ha convertido en una tradición que recuerda que lo mejor del verano ya ha comenzado.

Aún faltan unos minutos para que el pasacalles avance. La banda de música empieza a tocar ya canciones bailables para animar a los presentes, que palmean al son de las trompetas, dando a entender que están por la labor. Empieza el desfile y la plaza San Juan de Dios se rinde, como siempre, como la primera vez, a los colores que adquieren vida propia, estampados en trajes típicos de Holanda, Polonia, Senegal, Angola, Paraguay, Argentina, Irlanda y, por supuesto, España.

Hay una gran diversidad de vestidos, desde los de piconera y mariscaora hasta los más atrevidos de Angola, que dejan el vientre al aire en el caso de las chicas, y el pecho al descubierto, en los chicos. Se mezclan los lunares españoles con las coronas de flores de Polonia y los sombreros de paja de los paraguayos.



Bocas abiertas

Las canciones y los bailes atraen como un imán a los niños, hipnotizados por los cambios entre un estandarte y otro. Los más pequeños muestran su mejor sonrisa y hasta mueven el esqueleto con el ímpetu que sólo se tiene a su edad. Hasta los bebés disfrutan del espectáculo, balanceados en brazos de sus padres.

Se trata de un acto festivo que muchos querrán recordar, de ahí la interminable ráfaga de flashes. Unos provienen de los familiares de los invitados, que no quieren perder la oportunidad de fotografiar a los suyos; y otros a los turistas y gaditanos que quieren plasmar la mezcla de culturas y tradición. También los espectadores se convierten en protagonistas del evento, pues algunos angoleños sacan a bailar a la gente de su alrededor y éstos se arrancan con divertidos movimientos de cadera.

Todo es el prólogo de lo importante, la muestra que comenzó anoche en el Teatro Falla y que finalizará mañana sábado, antes de saltar a los escenarios de la provincia. Antes, la esperada, conocida y, aún así, abrumadora demostración de ritmo e historia tomó un año más, otro rato más, las calles del centro.