VUELTA DE HOJA

Gracias a ellos

Si no fuera por Rafa Nadal, por Xavi y los suyos y por Alonso y sus mecánicos, no podríamos cambiar de conversación de vez en cuando y seguiríamos insistiendo en hablar de la crisis, que es un sinónimo de la palabra ruina. Ellos nos permiten experimentar esa dosis de orgullo patrio que muy poco tiene que ver con el patriotismo. ¿Cómo no los nombran ministros de algo? Ahora está de moda reclutar mujeres jóvenes, cultas, inteligentes y trabajadoras para los altos cargos.

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Los dos partidos principales compiten en esa tarea, pero no se les ha ocurrido a ninguno, para hacer crecer a su respectiva afición, darle un puesto relevante a algún 'ídolo de la afición'. Un error compartido por los muchos que tienen en común los señores Zapatero y Rajoy. El más notorio quizá sea el de la pusilanimidad. Ambos posponen los grandes temas. ¿Por qué se habla más del uso o desuso de la corbata que del aborto? ¿por qué no se aborda seriamente el tema de la eutanasia? Hay debates apasionantes que son, a la vez, perfectamente estúpidos y otros que no sabemos cómo serían porque nadie los entabla en profundidad.

Nos están ocupando con problemas menores, que son siempre los que llevan más tiempo. Eso conduce a la confusión, hasta el punto de hacernos creer que en el PP no hay nadie partidario de la procreación consciente, cuando se habla de aborto, y que en el PSOE todos son socialistas cuando se habla del salario mínimo. Las ideologías, aparte de la gran ventaja que ofrecen, que es la de adherirse a ciertas ideas en vez de fabricarlas, acaban por mostrar ciertos puntos de contacto. Sucede entre los que discuten, que siempre terminan influyéndose, en alguna escala, por los razonamientos y por las obsesiones de su contradictor. Quizá sea el momento de dejarnos de monsergas mutuas. Hay que acelerar la desaceleración de nuestra economía. Cuanto menos dure la crisis mejor y más deportistas.