ESPAÑA

Complicado

EL congreso de un partido político es siempre un suceso entre la discusión política y una fiesta de sociedad, aunque según las circunstancias puntuales del lugar y de esa sociedad lugareña, la pretendida fiesta puede quedar fácilmente oscurecida por la gran dureza del debate político y los niveles internos de enfrentamientos.

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En el caso del 37.º Congreso federal del PSOE que se inició ayer en Madrid, la conocida fortuna política de su líder y presidente del Gobierno aparece de nuevo junto al máximo mandatario: el partido gobierna en España, no hay grandes conflictos internos y la más numerosa delegación territorial, la andaluza, votará con un solo criterio positivo. Y todo ello, pese a que el país atraviesa la crisis económica más generalizada y compleja de las últimas décadas.

Porque hacía mucho tiempo que en los interiores socialistas no se registraban malos rollos más o menos violentos y venenosos. Y ello, se quiera o no, le resta expectación general ante una audiencia ciudadana familiarizada, en sus acercamientos curiosos a la vida política, con los conflictos internos en los partidos de inequívoco carácter personalista.

Por consiguiente, será complicado que el interés generalizado que pueda levantar finalmente el cónclave socialista pueda superar la expectación que rodeó el reciente encuentro de los populares.

Ahora, parece todo controlado y previsto, salvo el futuro que, a día de hoy, se antoja como una cuchilla que pende afilada sobre nuestras cabezas.

Aunque el futuro nunca fue fiable, y menos en una época en la que el hombre tiene una capacidad destructiva sin precedentes en la historia. Quizá por ello, o por otros motivos que aún son desconocidos para todos nosotros, el presente alcanza un valor casi definitivo, y también el término 'cambio' aparece, prácticamente, en todos los reclamos publicitados de estos acontecimientos políticos que comentamos o recordamos.

Los populares, los socialistas, los beduinos, los agentes de cambio y bolsa, los quinielistas y todo el universo funcionarial, toda la contemporaneidad, en definitiva, no cesa de buscar protección ante ese mañana que algunos ya anuncian que llegó pero que, sin embargo, nadie se ha puesto aún a describirlo detalladamente.