DESCONOCIMIENTO. Sólo en los hoteles sube el nivel. / LA VOZ
Turismo

El turista extranjero se queja del poco dominio de idiomas del sector servicios

La patronal de hosteleros considera que el nivel es aceptable para ofrecer una buena atención a los visitantes

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«El que quiera venir a España, que aprenda español». Con esta frase el taxista gaditano se da por satisfecho cuando cualquier cliente extranjero se queja del bajo nivel de idiomas que maneja el sector servicios. Y quien dice el taxista, dice el camarero, la dependienta o la cajera del supermercado. El inglés es el idioma universal, pero nada más entrar en la provincia, la lengua universal es el castellano con acento de Cádiz y quien quiera que lo entienda. Todo es ponerse.

En hoteles, la cosa cambia. Uno de los requisitos indispensables para trabajar en los puestos de atención al público es saber idiomas, «incluso hay camareras de piso que tienen conocimientos de inglés», asegura Antonio de María Ceballos, el presidente de la asociación de empresarios de hostelería, Horeca. Para el responsable de la patronal, el nivel de idiomas en el sector turístico es «aceptable», tal vez «deficiente» en los establecimientos de terrazas de verano, pero «los restaurantes que funcionan todo el año disponen de alguna persona que sea capaz de explicar una carta en varias lenguas», asegura.

Lejos de la visión optimista de los empresarios, el visitante extranjero se lamenta de la dificultad que le supone adquirir productos de primera necesidad en tiendas de comestibles o incluso en establecimientos de teléfonos móviles. Ésta es una de las escenas habituales en la capital gaditana, asegura Mark Williams, profesor de inglés en Cádiz. «El mismo caso se repite en el casco histórico con más frecuencia», insiste.

En el resto de la provincia se producen situaciones similares. Por lo pronto, Ian Walsh, propietario de la academia Idiomas Trinity School, en el Puerto de Santa María, ha organizado clases de español para extranjeros, porque «aprender el idioma por sí solos es complicado con el nivel general que existe», se lamenta. Precisamente es en los restaurantes donde más se nota la carencia. El profesor insiste en que «no costaría trabajo traducir las cartas del menú o, al menos, incluir una foto del plato».

Carencias

En comparación con otras zonas turísticas, como la Costa del Sol, el sector gaditano deja mucho que desear en cuestión de idiomas y para muestra, un botón: la Unión de Consumidores de Cádiz elabora, en colaboración con la oficina regional de la asociación, una guía en la que se incluyan los derechos y deberes de los turistas extranjeros en varios idiomas.

De la misma forma aparecen todos los trámites para poner reclamaciones cuando el usuario considere que se han vulnerado sus derechos, tal como explica el presidente de la UCE-Cádiz, Miguel Ángel Ruiz.

emartos@lavozdigital.es