La española Alicia Borrachero, de 'Hospital central' al mundo digital
Tras esta experiencia anglosajona, la actriz asegura que la caracterización de los personajes son un «50% del papel»
Actualizado: GuardarLa española Alicia Borrachero da vida a la Reina Prunaprismia en esta segunda entrega de Las Crónicas de Narnia, que bajo el título El Príncipe Caspian, se estrenó ayer en todos los cines españoles. En la secuela de El león, la bruja y el armario, que recaudó en taquilla a nivel mundial 745 millones de dólares, Ben Barnes es el heredero al trono de Telmarino y repiten los cuatro jóvenes británicos que encarnan a la familia Pevensie: Georgi Henley, Skandar Keynes, Anna Popplewell y William Moseley.
Aunque en un papel secundario, la española Alicia Borrachero aparece en la trama como la reina Prunaprismia, mujer del general Miraz, una aparición escueta que la actriz estuvo a punto de desechar. Consciente de que forma parte de una orquesta donde lo que importa es la sinfonía, Borrachero contó que se lleva como experiencia de una superproducción anglosajona los medios a la hora de caracterizar a los personajes, «el 50% del papel», asegura.
«Mucha imaginación»
Asimismo, señaló que para interpretar una película fantástica es necesario «disparar la imaginación hasta el punto de creerte que la ardilla que está delante de ti te está ha-blando». La actriz también reconoció en la presentación de la cinta que entró en el reparto gracias a una prueba a la que iba sin expectativa alguna.
La cinta, cuyo diseño de vestuario inspirado en El Greco corre a cargo de Iris Mussenden, combina lo mítico con un trasfondo moral, como aseguró hoy en Madrid Barnes, que presentó la película acompañado de Borrachero , Moseley y Popplewell. Además, el reparto de actores reales se completa por una serie de criaturas que han sido trasladadas a la gran pantalla gracias a una combinación mágica de imágenes generadas por ordenador e imágenes de acción real.
Para esta nueva producción de Disney, para la que se diseñaron casi 600 armaduras y armas, entre escudos, estoques, dagas y ballestas, se rodó en Nueva Zelanda, República Checa, Eslovenia y Polonia. Los actores tuvieron que entrenarse para desarrollar las habilidades de sus personajes.
