Casillas, Pepe, Cesc, Torres, Villa ...
E sta Eurocopa será recordada por el título ganado por España, por la debacle de la hasta ayer vigente campeona de Europa, Grecia, y el actual campeón del mundo, Italia. Y también por el papel estelar de algunos futbolistas. La Eurocopa de Austria y Suiza confirma a Casillas como el mejor portero del mundo y encumbra a otros futbolistas como Cesc, Casillas, Torres y Villa, el máximo goleador del torneo.
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Tres grandísimos guardametas se disputaban el cetro europeo, e incluso mundial. Uno de ellos, el checo del Chelsea Petr Cech, erraba de forma grave frente a la rebelde Turquía y obligaba a sus compatriotas a hacer las maletas de forma precipitada. A los dos restantes el destino les tenía reservado no sólo el enfrentamiento de cuartos sino también el pase a semifinales en la suerte suprema de los penaltis. Allí el italiano Buffon estuvo a la altura de los elegidos pero un heroico Casillas terminó birlándole la corona.
LA DEFENSA
Los laterales para el germano Lahm y el ruso Zhirkov. Aunque irregular defensivamente resultó muy discutible sus sustitución en la final. La polivalencia, el dinamismo y el potencial ofensivo del alemán le sitúan en las agendas más prestigiosas del continente. El moscovita, por su parte, se ha destapado como una de las más agradables sorpresas del campeonato. Un extremo reconvertido en lateral que a su buena condición técnica ha unido la disciplina táctica que exige su nueva demarcación.
Y en el eje de la zaga, el tándem luso Carvalho-Pepe. Los portugueses fueron los paganos de un inesperado cruce en cuartos que terminó con la despedida de los de Scolari ante la mejor versión alemana del torneo y la escasa ayuda de un inseguro Ricardo. Aun con todo, los centrales del Chelsea y Real Madrid, respectivamente, dejaron constancia de su velocidad y su fortaleza física, además de interesantes fundamentos en la salida del balón.
EL CENTRO DEL CAMPO
Doble presencia española en el eje de la medular. El jugador del Villarreal Senna y el barcelonista Xavi encarnan a la perfección el estilo de futbolistas en el que descansa el gran éxito de una escuadra roja, que ha conseguido transformar el inicial clima de escepticismo en auténtica devoción. Posesión del balón por encima de todo, control del espacio y el tiempo del partido e infinidad de recursos para otorgar variedad creativa e imaginación al juego del conjunto.
La banda derecha para el recorrido, la fortaleza física y las fructíferas diagonales del teutón Schweinsteiger -2 goles- e izquierda para la insultante juventud y el descarado talento de su compatriota Podolski -3 dianas-. Una elección en detrimento del ruso Arshavin que firmó una de las páginas más hermosas del campeonato frente a Holanda pero que vio fundidas todas sus luces en el momento de la verdad.
EL ATAQUE
Quiénes mejor que el máximo artillero de la competición -el guaje Villa - y posiblemente el ariete más completo del continente - Torres- para conformar la punta de lanza de este mi once ideal. Por un lado, la astucia, la velocidad y el hambre de gol germinados desde la niñez; por el otro, la potencia, la clase y también un alma de killer que, aunque sólo había aparecido con cuentagotas a lo largo del torneo, finalmente llegó en forma de glorioso título.
EL BANQUILLO
Arshavin; el español Marchena, el alemán Ballack, los holandeses Sneijder, Van der Vaart y Kuyt, el croata Modric o el ruso Pavlyuchenko; me gustaría sentar al técnico Luis Aragonés. Finalmente quizá decida, atraído por la pasión turca, decir adiós a la Federación. Sea como fuere y más allá de sus estridencias, nadie, ni el mayor de los agnósticos, podría negarle hoy la puerta grande al abuelo.
