RECUERDOS. La madre de Güiza posa con varios trofeos y una camiseta de su hijo. / CRISTÓBAL
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«Ha sido el día más feliz de mi vida» «Aún no ha decidido dónde jugará»

Josefa Güiza, madre del delantero jerezano de la selección, asegura que tenía el pálpito de que su hijo marcaría un gol

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Josefa, más conocida como Pepi por sus allegados, no vio esta vez el partido en su casa. Prefirió hacerlo en una de las salas del multicines del complejo comercial Área Sur. Le habían dado invitaciones y decidió irse allí. Tenía el presentimiento de que iba a ser una noche especial y estaba algo nerviosa, tal como reconocía ayer a LA VOZ. La selección jugaba un partido histórico, podía clasificarse por tercera vez a la final de una Eurocopa y su hijo, Dani Güiza, era uno de los protagonistas. No iba a ser titular, pero le daba igual. Su intuición le decía que, aún así, iba jugar un papel destacado.

Y no se equivocó. El jerezano saltó al terreno de juego del Ernst Happel de Viena en el minuto 68 del encuentro, sustituyendo a Fernando Torres. Josefa asegura que en ese preciso momento supo que «iba a marcar». «No sé, me dio el pálpito, son de esas cosas que no se explican pero que uno sabe que van a pasar, y así fue», explicaba ayer todavía emocionada.

Cuenta que antes del partido no pudo hablar con Güiza, pero que sí lo hizo después. «Estaba muy contento, como es normal, y muy emocionado», señala. «Igual que yo», añade, sin ocultar que no pudo evitar que se le cayeran algunas lágrimas después de que en el minuto 73 su hijo, el cuarto de cinco hermanos, anotase el tanto de la tranquilidad -un auténtico golazo- para la Roja.

En ese momento estalló la locura en la sala del multicines. Estaba lleno y no pudo para de saltar, gritar y abrazarse con sus familiares. Formaban un grupo de 18 personas, tal como ella explica, y, lógicamente, centraron las miradas y las felicitaciones de buena parte de los presentes, que les reconocieron como integrantes de la familia Güiza. «Fue el día más feliz de mi vida», asegura.

Esa locura se prolongó también durante el día de ayer. Cuenta que comenzó a atender a medios de comunicación a primera hora de la mañana y que no paró hasta bien entrada la noche, una labor en la que se colaban además constantes llamadas de amigos y conocidos felicitándole por los logros de Dani Güiza. «Estoy harta ya de cámaras y de entrevistas, a ver si pasa ya esto y me quedo un poco tranquila», comentaba a media tarde en tono jocoso.

El precio de la fama

Atendió a los medios en su propia vivienda, en la calle y hasta en el campo de fútbol de La Liberación, donde su hijo dio sus primeros pasos como futbolista. «Si es que tengo periodistas hasta en la puerta de casa, ¿qué voy a hacerle?», comentaba.

Sabe que es el precio de la fama y del triunfo de Güiza, así que asegura llevarlo bien. Hay gestos que delatan que incluso hasta se lo pasa bien atendiendo a la Prensa y hablando de su hijo. Ayer volvió a repasar unas cuantas veces cómo fueron esos primeros balonazos en La Liberación. «Le encantaba el fútbol, sólo vivía para jugar, todo el día con la pelota para arriba y para abajo», asegura.

Aún no le ha dado mucho tiempo a pensar qué hará el domingo, día de la final España-Alemania. «Nada especial», señala. «Iremos a verlo otra vez a Área Sur todos juntos, a ver si nos da otra vez suerte», añade. Otro gol de su hijo sería «la leche». Y si es el del triunfo, «más todavía». Aunque, pase lo que pase, gane o pierda España, marque o no Dani Güiza, Josefa está deseando volver a verle y darle un abrazo. No sabe si será posible la semana que viene, aunque sabe que los primeros días tras la final «estará muy liado». Ni siquiera sabe aún si pasará por Jerez durante sus vacaciones «o si se irá a Palma con su mujer», dice. En tal caso, una posibilidad es que ella viaje a Baleares para verle y celebrar juntos lo que le está ocurriendo. Lo define como «un sueño y una locura». Y, también, como «el premio» a trabajo realizado, porque, según afirma convencida, «se merece lo que le está pasando».

wjamison@lavozdigital.es Posiblemente con la lección bien aprendida, o quizá siguiendo instrucciones expresas del propio Güiza, Josefa aseguraba ayer que su hijo «no tiene aún decidido» dónde jugará la temporada que viene. Eso sí, deja entrever que es cierto lo que desde hace semanas es un secreto a voces, que el jerezano jugará en Turquía, concretamente en el Fenerbahce que, casualidades de la vida, entrenará Luis Aragonés. «Si al final decide irse allí, es porque será lo mejor para él», dice como tratando de esquivar el asunto.

Lo que no esconde es que ella preferiría «que se quedase en España, porque así le tendría más cerca y podría verle más». De todas formas, anuncia que hasta la semana que viene, una vez que juegue la final contra Alemania y la Eurocopa haya terminado, el jugador no hará pública su decisión de forma oficial. Será a su regreso a España y antes de irse unas semanas de vacaciones, en las que Josefa desconoce si Güiza visitará Jerez.