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Ángela Merkel rechaza rebajar el impuesto sobre el petróleo como reclama Francia

La cumbre de la UE que ayer concluyó en Bruselas tenía por objetivo mostrar a la ciudadanía comunitaria que Europa es capaz de resolverles sus problemas. El disparate de la factura del petróleo y el encarecimiento del costo de la vida debido a la evolución al alza de los precios de los alimentos estaban en la mente de todos, cuando, en los prolegómenos de la reunión, diferentes capitales (París, Roma, Madrid, la propia Bruselas como cabeza visible de la Comisión Europea), anticipaban respuestas. Los resultados son, sin embargo, poco relevantes.

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Esta reunión de los jefes de Estado o de gobierno de la Unión Europeo venía precedida de un fuerte debate a escala internacional sobre la acción de los especuladores en los mercados de materias primas, donde la cotización es ahora continua, y en los que los 'hedge funds' (fondos de alto riesgo) y otros agentes financieros más tradicionales han comenzado a ser operativos, movilizando sumas enormes de dinero en pocas horas y extrayendo beneficios de centavos de dólar en sus apuestas a futuros, que, sin embargo, acarrean consecuencias muy concretas a los precios en presente.

La cumbre europea reconocía en sus conclusiones la utilidad de «vigilar de cerca la actividad de los mercados financieros, incluido el especulativo, relacionados con los productos básicos y sus repercusiones en los movimientos de los precios», un cometido que se ha marcado la Comisión europea pese a renunciar a introducir algún género de regulación que ponga algo más difícil a los especuladores trapichear hoy aquí y mañana allí, sacando beneficios en los dos sitios.

Los Veintisiete podrían haber reconocido el carácter global del mercado del petróleo, y las irregularidades e imperfecciones que lo aquejan. Angela Merkel se ha enfrentado en esta cumbre a las pretensiones de Nicolas Sarkozy de reducir el tipo de IVA aplicable a los hidrocarburos. Los argumentos son comprensibles: si los Estados limitan su recaudación por fiscalidad, los demás actores en el precio del petróleo (productores, distribuidores), terminarán ganando ese margen, en detrimento de las arcas públicas europeas.