Imagen de archivo del alcalde de Estepona, Antonio Barrientos, detenido por su presunta implicación en una trama de corrupción urbanística.
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Antonio Barrientos: Un médico que colgó la bata para dar el salto político

Tras debutar como alcalde de la mano de su predecesor, Antonio Caba, las polémicas y los enfrentamientos con el PSOE marcan su gestión

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«Hay gente que juega sucio, pero al final todo se sabe y a cada cerdo le llega su San Martín». Era la frase que el alcalde de Estepona, Antonio Barrientos, pronunciaba hace unas semanas para referirse a uno de sus compañeros del PSOE. Entonces, poco se podría imaginar que iba a salir esposado y detenido de su casa por su implicación en una trama de corrupción urbanística. Fiel defensor de la legalidad y de la transparencia en la gestión municipal, aseguraba que «quien se hubiera llevado una peseta del Ayuntamiento (en referencia a las condenas del Tribunal de Cuentas), que la devolviera».

Sus manifestaciones han sido duras y contundentes, a veces, sin reparar en sus consecuencias. Sus frases más desafortunadas casi siempre se producían cuando se veía salpicado por polémicas o enfrentamientos: «No se puede criminalizar el urbanismo de los ayuntamientos de esta forma porque golfos y sinvergüenzas hay en la Junta, en el Gobierno central y en todas las profesiones», dijo cuando se vio obligado a retirar la aprobación en pleno de dos convenios urbanísticos.

Los comienzos políticos no fueron fáciles para este médico alergólogo de 47 años, que desembarcó en política como independiente de la mano de su amigo y ex alcalde de Estepona, Antonio Caba, quien precisamente ahora le asiste como letrado. El PSOE decidió tras el inicio de una investigación a Caba por un delito de blanqueo de capitales -del que después fue absuelto-, que Barrientos era el mejor candidato para sentarse en el sillón de la Alcaldía, pese a ocupar el número seis de la lista electoral.

La inexperiencia en este campo le ha obligado a rectificar en varias ocasiones en sus decisiones de gobierno. Controvertido en sus determinaciones y en su gestión, su mandato al frente de la Alcaldía de Estepona desde 2003 ha estado marcado por las polémicas. El regidor esteponero no titubeó a la hora de animar a los vecinos a protagonizar manifestaciones contra la política urbanística de la Administración andaluza e incluso intentó esquivar la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) con la aprobación de más de una decena de convenios dos días antes de la entrada en vigor de esta norma.

No todo ha sido crispación. Su condición de médico en excedencia de la residencia de ancianos Virgen del Carmen le ha vinculado de forma muy estrecha durante estos años de mandato a «mis mayores», como él los llama. En este ámbito ha impulsado importantes proyectos. Su madre es uno de los pilares de su vida y le ha mostrado en numerosas ocasiones su agradecimiento. Su padre falleció cuando él era pequeño y ella se encargó de su educación y de la de sus hermanos.

'El pollo'

Esteponero de nacimiento, pocos oriundos del municipio no conocen al alcalde de Estepona o a su familia, una de las más arraigadas de la localidad. De hecho, de ella ha heredado el apodo con el que le conocen en el pueblo: 'El pollo'. Un sobrenombre del que se ha jactado en numerosas ocasiones y con el que ha ironizado en público. «A mí me llaman 'El pollo', pero yo no escondo la cabeza debajo del ala», decía Barrientos hace pocos días tras un enfrentamiento entre ediles de su partido.

Su trato amable y cercano le ha valido para crear importantes contactos en el mundo del deporte. Es un apasionado del fútbol y un madridista convencido. Presume de tener grandes amigos dentro del club merengue, entre ellos, Ramón Calderón. Figuras de ámbito nacional del mundo de la política, de los medios de comunicación y del espectáculo han mostrado en diversas ocasiones su respaldo al primer edil. El ex ministro de Defensa, José Bono, el presidente del Senado, Javier Rojo, el periodista de la SER, José Ramón de la Morena o los cantantes Los Del Río se encuentran entre su círculo de amistades. Su fidelidad a ellos le ha hecho hasta colocar sus fotografías en su despacho. Los medios de comunicación también han sido una de sus grandes pasiones. Tanto es así, que aseguraba que de no haber sido político le hubiera gustado ser periodista deportivo.

Sencillo en el trato y amable con sus conocidos, no desaprovechaba las oportunidades para pasar un rato agradable en compañía de sus amigos. Asiduo de los locales del puerto deportivo, las ferias del pueblo y las celebraciones patronales eran dos de las citas que vivía con mayor intensidad junto al pueblo.

Soltero y sin hijos, crear una familia nunca ha sido una de sus prioridades en la vida. «Yo ya tengo a mi familia», aseguraba cuando se le preguntaba por este asunto. Lo cierto es que encontrar una pareja sí era una de sus fijaciones. Un deseo por dejar la soltería que le llevó incluso a participar -antes de entrar en la vida política- en un programa de televisión para encontrar su media naranja.