PREOCUPADO. Julián Rubio pide intensidad a los suyos para el partido de mañana. / NURIA REINA
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Julián Rubio apuesta por la garra y aparta de la final de Alicante a Gastón Casas y Parri

«Han de poner su profesionalidad a prueba de bomba», advierte un técnico que pide compromiso a los suyos El manchego abronca a la plantilla en el vestuario: «Me da vergüenza del entrenamiento que estáis haciendo»

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A la guerra sólo irán los valientes. Únicamente los que estén preparados viajarán a Alicante para defender a su patria chica. Son muchos los sentimientos que se pondrán mañana en juego en el Rico Pérez como para dejar que la indolencia y el miedo se apoderen de la plantilla.

Julián Rubio no se anda con paños calientes. El capitán quiere a sus hombres bien despiertos. El que no esté preparado, mejor que se quede en casa. No se pueden tener miramientos. Gastón Casas y Parri son en este caso los damnificados. Ninguno de los dos entra en la convocatoria.

Tanto el argentino como el valenciano han pasado de la gloria al ostracismo. Los dos últimos partidos fueron titulares, pero su falta de acierto los ha hecho quedarse fuera. Punto Radio comentaba en su programa de ayer que la decisión se debe a motivos extradeportivos.

Pero no son el delantero y el centrocampista los únicos en pagar los platos rotos del pésimo partido realizado ante el Sevilla Atlético. También se caen de la convocatoria Gonzalo Vicente y Kamil Kosowski. El lateral izquierdo uruguayo no contentó a nadie con su actuación el domingo y dejará su sitio a Raúl López, que regresa a la convocatoria tras perderse la cita de Carranza. El jerezano se quedaba fuera por acumulación de amarillas, pero en este caso, su entrega y su garra van a ser fundamentales.

En el caso del polaco, su lugar lo va a ocupar Manu Barreiro. El entrenador apostó por el futbolista internacional para que fuera el jugador ofensivo y polifacético que necesitaba en el banquillo. No respondió a las expectativas y eso le ha costado el puesto. Ante las críticas recibidas por parte de la prensa por no haber contado con un delantero entre los suplentes ante el conjunto sevillista, Rubio ha tomado la decisión de abrirle la puerta al punta gallego del filial. Al menos, sus ganas de destacar y de hacerse un nombre en el mundo del fútbol profesional deben ser motivos suficientes para que se deje la piel en el campo. Además, el míster quiere aprovecharse de sus centímetros.

Pero aún hay más novedades. Será importante el retorno al equipo de Juanjo Bezares. Se sabe que, en estos casos, nadie mejor que un hombre de la tierra puede sentir en sus carnes el dolor de un fracaso deportivo de la talla de un descenso. Es por ello que el equipo necesita al de Guadiaro.

Estuvo algo pasado de revoluciones en Málaga, lo que le costó la expulsión del terreno de juego. Pero el bravo centrocampista amarillo ha tenido una semana de por medio para reflexionar.

Del mismo modo, Diego Rivas vuelve a estar entre los elegidos después de más de dos meses sin pisar un terreno de juego a causa de las lesiones. Al rubio centrocampista manchego se le ve con ganas y mucha intensidad en los entrenamientos, lo que ha hecho pensar al entrenador que ya está capacitado para disputar un partido en caso de que hiciera falta su actuación.

Algo similar a lo que le ocurre a Nano. Hacía tiempo que el gallego no contaba para nadie en este equipo. En Alicante disfrutará de su última oportunidad.

Vergüenza torera

Los únicos que tienen la responsabilidad de sacar la situación adelante son los futbolistas. Es algo que ha dejado muy claro Julián Rubio. El entrenamiento de ayer en El Rosal fue un tanto atípico. El entrenador no estaba contento con la actitud de sus hombres, que en ese momento se encontraban divididos en dos grupos y estaban haciendo un rondo distendido, sin ninguna intensidad. Por ello, no dudó en meterlos a todos en la caseta para leerles bien la cartilla. «Me da vergüenza del entrenamiento que estáis haciendo». Es el resumen de las palabras que se dijeron en ese vestuario, que salieron a la luz en el programa Juego Limpio de Punto Radio.

En rueda de prensa, Rubio ofrecía una versión mucho más moderada. «Esta es la hora del futbolista. Tienen que poner todos su profesionalidad a prueba de bomba y pensar lo que acarrea todo lo malo que puedan hacer en el campo. Han de ser conscientes, estar serenos y demostrar que son capaces. No dejarse atenazar por los nervios».

Y es que los únicos que tienen la posibilidad de enmendar las cosas son ellos. Ahora la patata caliente está en su tejado. Todo lo que tengan que decir deberán de hacerlo sobre el terreno de juego. Porque en Cádiz ya no se cree en los milagros.

«Tenemos que ganar ese partido y saber jugarlo. Dura 90 minutos y vale lo mismo hacerlo al principio que con un gol al final. Pero no podemos pensar en el empate ni en lo que hagan los demás. El que tiene hambre necesita comer, donde pille y a costa de quien sea. Mal vamos si pensamos en otra cosa que no sea ganar», sentencia el entrenador amarillo.

Ni siquiera valen las noticias esperanzadoras que llegan sobre el rival. Por muchas bajas que tengan y por poco que se jueguen, a nadie le gusta perder y menos, ante su afición. «Sé que han tenido tres días de descanso y que llegan justitos. Es probable que juegue un juvenil, me parece que por la banda derecha. A lo mejor les falta algún hombre importante, pero están Rodri, Montenegro, Rubén Navarro, Tote... Son muy buenos futbolistas que hay que tener en cuenta, y que no van a querer dejarse perder para que la gente los acuse». Sólo vale una consigna: «ganar, haga lo que haga el que sea». danelo@lavozdigital.es