EN EL BANQUILLO. Los cuatro jefes policiales, ayer ante el tribunal que les juzga. / EFE
ESPAÑA

La policía científica considera absurdo vincular a ETA con el 11-M por el ácido bórico

Sigue el juicio contra la cúpula de dicha unidad por impedir que el informe de la sustancia llegase al tribunal de la masacre

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«Absurdo, anticientífico y carente de rigor». El jefe del laboratorio de la comisaría de Policía Científica, Francisco Ramírez, descalificó ayer el trabajo de los tres peritos que vincularon a ETA con el 11-M a partir de la aparición de rastros de ácido bórico en el domicilio de un islamista. Lo hizo ante el tribunal que le juzga por un posible delito de falsedad en documento público junto a otros tres responsables de la unidad, que impidieron que ese informe llegase al tribunal de la Audiencia Nacional que juzgó la masacre perpetrada por el terrorismo 'yihadista'.

La Sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid retomó ayer el juicio abierto contra la cúpula de la Policía Científica..

Acusaciones

Junto a Ramírez, ocuparon el banquillo Miguel Ángel Santano, comisario general de Policía Científica; Pedro Luis Mélida, secretario general de la comisaría, y José Andradas, jefe de la Unidad de Análisis. La Asociación de Víctimas del Terrorismo y otras dos acusaciones populares piden para ellos penas de entre seis y nueve años de cárcel. El fiscal reclama su libre absolución. Ramírez, el primero en someterse al interrogatorio de las partes, defendió en todo momento que los especialistas que alimentaron la 'teoría de la conspiración' obraron por su cuenta y riesgo. La decisión de suprimir de aquel informe las menciones a ETA se basó en planteamientos estrictamente profesionales y técnicos, no políticos, que es lo que defienden las acusaciones populares.

El responsable del laboratorio central de la Policía señaló que los científicos que desenterraron la pista de ETA se «excedieron» de sus competencias, porque lo único que tenían que hacer era analizar la sustancia y, en modo alguno, sacar conclusiones.

Destacó que los especialistas obraron como «peritos» cuando no tenían esa consideración, porque ningún juez les había ordenado un informe. Es más, recordó que ni siquiera consultaron las bases de datos sobre los casos en los que había aparecido ácido bórico y que apuntaron a la implicación de los etarras a partir de sus propias notas y sus experiencias personales en otros casos, sin respetar la praxis de la comisaría.

«Higiene íntima»

El acusado también destacó que los mismos analistas que alentaron la 'teoría de la conspiración', los peritos Manuel Escribano, Isabel López y Pedro Manrique, habían concluido en otras investigaciones que el ácido bórico no tiene relación con la fabricación de bombas, ya que esta sustancia es usada para «la higiene personal íntima» o, como mucho, para enriquecer drogas como la cocaína, por lo que la conclusión alcanzada en el caso del 11-M es contradictoria.

Francisco Ramírez reconoció que fue él mismo el que, al ver las conjeturas sin base de sus subordinados para mezclar a ETA con los islamistas y la masacre de Madrid, ordenó suprimir esas referencias tras consultar con su inmediato superior, Pedro Luis Mélida.

Escribano, principal responsable del polémico borrador, se negó a rectificar su escrito, por lo que el propio Ramírez, tras quitar las referencias a la banda etarra, firmó como propio el documento y lo remitió a la Audiencia Nacional. El jefe del laboratorio insistió al tribunal que el escrito de Escribano sólo fue una «propuesta de informe», que nunca tuvo carácter oficial pues jamás salió con el sello oficial de la comisaría general y que, por lo tanto, no cabe su falsificación.

Se trató, dijo, de una corrección de un jefe a un documento elaborado por un subordinado, tal y como exige su trabajo de responsable del departamento.

Ramírez aseguró que, antes del informe del ácido bórico, ya era una persona «conflictiva» que no «aceptaba sus errores» y que cuando le obligó a rectificar el documento montó en «cólera».