CONCENTRACIONES. Se repetirán en estos días. / CIRTÓBAL
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Los raptores de Rafael Ávila no ofrecen pruebas sobre su estado de salud

La Policía y los familiares exigen saber que el empresario se encuentra bien Hoy se cumplen nueve días desde su desaparición en Sanlúcar de Barrameda

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La familia del empresario Rafael Ávila, que hoy cumple nueve días desaparecido y supuestamente secuestrado, ha exigido a sus raptores que den pruebas de que se encuentra en perfecto estado de salud, algo que, según fuentes del entorno de esta familia, no se ha producido hasta el momento. Estas mismas fuentes indican que la Policía también ha presentado esa exigencia a los secuestradores, aunque hasta el momento parece ser que la respuesta no ha sido la deseada por parte del grupo que mantiene retenido desde el lunes de la semana pasada a este conocido hombre de negocios de Sanlúcar de Barrameda.

Lo único que se sabe a ciencia cierta es que la persona -por la voz parecía un hombre de mediana edad- que se puso en contacto con la familia del empresario para solicitar un rescate la semana pasada se limitó a decir que Rafael iba a «pasar unos días con unos amigos».

Los padres, mujer, hermanos y familiares más directos de Rafael Ávila Tirado están atravesando por los peores días de sus vidas. A la desesperación por la ausencia de noticias sobre su paradero, se unen las dudas sobre el estado de salud que debe presentar y el trato que le puedan estar dando los secuestradores, que, según las investigaciones policiales, pueden ser delincuentes profesionales de nacionalidad suramericana o de países del Este de Europa. La preocupación e, incluso, el miedo por el futuro desenlace de esta truculenta historia es más que patente en la familia y amigos del empresario.

Aunque la Policía da toda la veracidad a la hipótesis del secuestro, se han investigado otras posibilidades o condicionantes que pudieran estar relacionadas con la desaparición de Ávila, aunque sin resultados aparentes hasta el momento.

Las fuentes del entorno de la familia consultadas ayer por esta redacción volvieron a descartar nuevamente que una persona como Ávila Tirado se haya ido por voluntad propia o por problemas económicos.

«Locura con su familia»

«Él no se puede haber ido de forma voluntaria. Es la típica persona que sabes que no haría una cosa así jamás. Está casado y tiene tres hijos y quiere a su familia con locura. Además, no tiene motivos para irse, ni problemas económicos, ni nada por el estilo», manifestó ayer un amigo de los Ávila. También se descartan otras dos hipótesis que han salido a la luz en algún momento durante estos nueve días, como son la venganza de un familiar por problemas con una herencia o un ajuste de cuentas.

La situación se complica aún más si tenemos en cuenta que, pese a sus negocios, la familia del secuestrado parece no disponer en estos momentos de la elevadísima cantidad de dinero -diez millones de euros- que los secuestradores exigieron en su primera llamada recibida el pasado martes. Mientras, la Policía sigue todos los días haciendo su trabajo, aunque esta espera es ya insoportable para los Ávila, y especialmente, para la mujer de Rafael y para sus padres, ambos ya de muy avanzada edad