Detienen al novio de una joven asesinada en Logroño
El arrestado, un camerunés de 33 años, pudo haberla matado asfixiándola
Actualizado: GuardarLa Policía Nacional detuvo a última hora del sábado a un hombre de 33 años como presunto autor de la muerte de su compañera sentimental, una joven de 26 años que apareció muerta el pasado viernes en su domicilio de Logroño.
La mujer, de nacionalidad colombiana y que tenía un hijo en común con el supuesto asesino, pudo morir por asfixia, ya que la policía no halló heridas incisivas en una primera inspección, a la espera de conocer el resultado de la autopsia. Según fuentes de la investigación, el cruel asesinato se produjo tras una discusión entre la pareja.
La mujer, X.A.O., era conocida ya que trabajaba en una popular cadena de hamburgueserías de Logroño, además de residir en la plaza de la Inmaculada, en el barrio de San José, una zona obrera de la ciudad. Tenía un hijo de cinco años, llevaba más de seis años viviendo en España y tenía los papeles en regla. Según los vecinos, su relación con el presunto asesino -el camerunés J. B. B.- era «normal» y no había denuncias previas de malos tratos.
Reconstrucción
La primera reconstrucción policial de los hechos indica en primera instancia, que el hombre de 33 años asfixió a X.A.O. el pasado viernes en la casa de la Plaza de la Inmaculada y posteriormente se trasladó a una segunda vivienda en donde residía. Allí se provocó lesiones, pero alguien avisó a la policía y al servicio de emergencias que se personaron en su domicilio y lo llevaron al hospital de San Pedro donde se encuentra estable. Tras reconstruir los hechos, la policía lo detuvo el sábado.
El juzgado de violencia doméstica de La Rioja ya ha recibido las pesquisas policiales, según fuentes de la Delegación del Gobierno. Recientemente en Logroño, el juez mandó a prisión a otro varón de 36 años como autor de la muerte de Antonia G. S. hace un año en la casa que le alquiló en Galilea, a 25 kilómetros de la capital.
Actitud dominante
La Audiencia de Sevilla ha condenado a un año y nueve meses de cárcel por violencia doméstica a un hombre cuya «actitud dominante y celosa» obligó a su esposa a dejar de relacionarse con sus compañeros de trabajo y a cambiar de modo de vestir.
La Sección Cuarta, en una sentencia, considera demostrado además que la mujer M.S.P. mantuvo relaciones sexuales con él varias veces en el año 2000 pese a que los médicos le habían aconsejado reposo absoluto por una amenaza de parto prematuro, lo que hizo «de mal grado, ante la insistencia del procesado y porque entendía que tenía que cumplir».
La sentencia considera demostrado que la mujer, tras haber sufrido un legrado uterino, hacía felaciones a su marido «sin apetecerle, para evitar problemas». La condena impuesta es muy inferior a los 12 años de cárcel que pidió el fiscal por violación continuada porque los jueces dicen que «no puede equipararse a la falta de consentimiento» que exige el delito de agresión sexual.
