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De la esperanza a la desilusión

Sammy Bangoura será recordado en el Cádiz por dos cosas: el grave incidente de esta semana y su pésimo rendimiento en el equipo amarillo. Llegó en el mercado invernal por petición del técnico Antonio Calderón, que quería un delantero de referencia para bajar los balones aéreos. Su debut creó expectación entre la afición, que lo recibió con sonoros aplausos pese a su evidente falta de calidad. Marcó un gol a puerta vacía en Salamanca y a partir de ahí... se hundió.

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No aprovechó las oportunidades de Calderón y poco a poco fue desapareciendo del equipo. Raúl Procopio no contó con él, y Julián Rubio se ha encontrado con un futbolista que estaba más dentro que fuera. Hasta dentro de la plantilla se ha criticado su comportamiento en las últimas semanas, amén de viajes a Bélgica por motivos personales.

El Cádiz no pensaba comprarlo, y su última acción ha adelantado los acontecimientos. En el club ya saben algo de jugadores apartados. Fredi y Benjamín fueron los últimos casos de jugadores que entrenaban pero no volvieron a ponerse la camiseta amarilla.