'PIANO PIANO'. César Caneda y Julián Rubio hablan mientras corren juntos en el entrenamiento de ayer.
Cádiz C.F.

Pasitos cortos pero seguros

Julián Rubio prefiere inculcar poco a poco sus conceptos al equipo «para no volver locos en tan poco tiempo» a los jugadores

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Julián Rubio es consciente de que no puede dar de la noche a la mañana un giro de 180 grados en los planteamientos de un equipo que este año ha pasado por tres planes de estudio diferentes debido a un pésimo aprendizaje. Entre los pobres conceptos que comenzó implantando Mariano García Remón, los enredos de Antonio Calderón y las escasas ideas de Raúl Procopio, la plantilla que ahora comanda Julián Rubio puede tener un lío en la cabeza de Padre y muy Señor mío. Testigo de este desbarajuste táctico, el entrenador manchego tiene claro cual es el camino a seguir. Contra menos cambios drásticos, mejor.

Sin rechazar sus métodos, Rubio sabe que sus jugadores no están para empaparse un nuevo libro de instrucciones de una tacada. Son las consecuencias de ha-cerse cargo de un equipo con poco menos de un mes para trabajarlo y que pueda demostrar sobre el césped la personalidad de su entrenador. Por todo ello, Rubio ya adelantaba ayer que no hará una revolución en su primer encuentro, entre otras cosas, porque «no es cuestión de hacer muchos cambios sino pocos y bien». Y es que tiene claro que no es el momento para mucha teoría. «Ahora lo que menos importa es calentar más la cabeza a los jugadores, no trastocarles con muchas ideas ni volverlos locos con muchos planteamientos», acertó a decir. Pese a esto, destaca la inteligencia de sus jugadores y dice que «han captado muchas conceptos aunque hemos intentado que no aglutinen muchas cosas en la cabeza».

En un nuevo mensaje conciliador, proclamó que ha visto «la plantilla muy comprometida, con buena predisposición y con las ganas de sacar esto adelante». Razones por las que «no es el momento para meterle mucha caña con los conceptos».

Reconoció que llegó a Cádiz con una idea preconcebida del once que podría sacar de inicio frente al Málaga. Después de cinco días trabajando junto a su nuevo equipo y una vez se «ha enfrentado a la realidad», manifiesta que el equipo titular que sacará mañana no variará demasiado del que ya traía pensado desde Albacete. «Más o menos va a ser muy parecido al que yo traía pensado con algunos matices», confesó.

Tras asegurar que ya tiene pensado tanto su equipo inicial como el sistema que empleará ante el Málaga, Julián Rubio restó importancia ante los periodistas pese a mantener en secreto sus variantes. El entrenador -que también es periodista- incluso llegó a decir que «no le parece noticia» el once de un equipo en la víspera de un choque y además, añadió que «en este mundo todos conocemos», en alusión a su colega en el banquillo contrario, Juán Ramón López Muñiz.

Tocados, no hundidos

No lleva una semana todavía en Cádiz pero ya ha podido peinar el vestuario amarillo. Ve a los jugadores «muy dispuestos, capaces y en buenas condiciones para sacar esto adelante». No ignora que el vestuario está golpeado por los últimos malos resultados y los pitos de la afición pero piensa en positivo. «Es normal que estén afectados al estar pasando por una dinámica tan negativa pero igualmente están deseosos de salir de tanto inconveniente», aseguró.

Tiene mucha confianza en el trabajo que está viendo durante la semana y olvida la claridad de la tabla clasificatoria para llegar a La Rosaleda con mentalidad ganadora. No desprecia para nada la categoría del rival asumiendo el papel de víctima en todo momento. Como prueba de ellos, sus palabras. «Si hacemos las cosas bien, seremos capaces de asustarles», comentó.

No irá a especular a Málaga. Su mentalidad en este punto es clara. «Cuando afronto un encuentro no lo hago con la idea de perder o empatar; otra cosa es ver como se está desarrollando el encuentro», opina.

El Cádiz visitará a un equipo que lleva sin ganar en su casa en los últimos cinco encuentros. Un dato que para Rubio puede ser un «arma de doble filo». Y sus razones tiene para pensar de esta ma-nera. «Estarán prevenidos y mentalizados para que no les vuelva a pillar el toro otra vez», consideró. Pero también saca su apunte positivo y lo encuentra en el factor de la afición boquerona. «Si nosotros lo aprovechamos bien, podemos beneficiarnos de la presión de su hinchada», dice. Y no le falta razón porque incluso los jugadores malacitanos tuvieron que soportar los pitos de su afición e incluso ver como cantaban los goles de su rival en el encuentro que perdieron hace dos semanas ante el Hércules (4-6).

No todos son malas noticias en el Cádiz de Julián Rubio. De hecho, en su estreno como entrenador cadista, el manchego podrá contar con todos sus efectivos ya que no queda nadie en la enfermería (Diego Rivas puede incluso que entre en la lista de convocados) y tampoco hay que lamentar sancionados. Algo que no tardará por desgracia puesto que el Cádiz acudirá a La Rosaleda con siete jugadores apercibidos. De esto, Rubio hace su mejor lectura y puede decir que «llegamos a la recta final de la temporada con la ventaja de no tener a ningún lesionado». A Rubio no le gusta demasiado cerrar la jornada con el partido debido a que «podemos tener una presión añadida si los resultados anteriores no nos favorecen. Hay gente que prefiere ju-gar el último, no es mi caso, pero es cuestión de opiniones», puntualizó.