PSICOLOGÍA. Julián Rubio dialoga durante un rato con Gustavo López. / ROMÁN RÍOS
Cádiz C.F.

Rubio piensa en cambiar el sistema y jugar con dos medias puntas Parri agradece su llegada

«Algo habrá que cambiar porque las cosas no están saliendo bien». Julián Rubio ya vaticinó algunas novedades en su presentación. El técnico manchego tiene en mente la idea de variar el sistema de juego, pues la falta de un centrocampista organizador impide que el típico 4-2-3-1 tenga efectividad.

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Los anteriores entrenadores variaron continuamente el doble pivote, e incluso Calderón se atrevió con tres hombres defensivos, y el resultado fue nefasto.

La idea del nuevo entrenador es mucho más ofensiva. Rubio se plantea dejar un único centrocampista de contención (Rivas o Fleurquin), y colocar a dos medias puntas por delante. Líbero Parri y Gustavo López, los dos hombres con más calidad individual de la plantilla, ocuparían esas dos posiciones, con el argentino algo escorado a la izquierda y el levantino a la derecha.

Para las bandas parece que lo tiene claro. Enrique por la derecha y Natalio por la izquierda asistirían al delantero centro, que podría ser Casas o Dani. Rubio ya dijo ayer en el entrenamiento que quiere siempre un hombre dentro del área para tener opciones en algún rechace. En una de las sesiones más intensas de la temporada, el preparador albaceteño no cesó de dar órdenes, abroncando en ocasiones a Raúl López y Cristian ya que «no quiero pelotazos, el balón jugado desde atrás». Eso sí, prepara una línea defensiva fuerte y no sería de extrañar que César ocupara el lateral derecho en lugar de Cristian.

En el entrenamiento vespertino, Rubio ejerció de psicólogo hablando con varios jugadores, después de haber comido con su nuevo ayudante, Lorenzo Buenaventura.

jaguilera@lavozdigital.es La esperanza de Líbero Parri ha renacido con la llegada del nuevo entrenador. «Con un nuevo técnico puede haber cambios uno tiene la ilusión de entrar en esta recta final». Se encuentra «bien, con muchas ganas y, aunque los que están jugando pueden tener un puntito más de ritmo, no creo que la diferencia abismal».

Rubio lo conoce pues vivieron en la misma ciudad, Albacete, durante varios años. «Conoce muy bien la categoría, los jugadores, y sabe cómo tratarme, cómo soy personalmente, y sabrá sacar lo mejor a los jugadores». Apunta que ha sido «el año más duro», pero todavía cree que puede arreglarlo con un buen final de temporada.