opinión

Calle Porvera | Políticas de márketing

Siempre hay un plan, eso no falla. O un proyecto de un algo «integral» que empieza por «r», llamésele reforma, rehabilitación o remodelación. O una ciudad del niño, del abuelo, del ocio, del negocio o dedicada al turista. El márketing, que cada día impregna más la política, parece sobresalir a veces sobre lo que hay en el fondo. Viene a ser lo que habitualmente se llama la «política de titulares» y que, día tras día, abunda más en Jerez. A los periodistas nos viene muy bien para titular, reconozcámoslo, aquello de que «Jerez contará con una ciudad del... que ocupará no sé cuántos metros cuadrados».

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Pero a veces, cuando se supeditan todos los arreglos, parches y soluciones del mundo a planes futuros, uno se cansa de anunciar cosas a bombo y platillo y se pregunta si de repente llegará todo a la vez. Es decir, si pasaremos de la época de las previsiones a la de las inauguraciones. Porque, de momento, una gran parte son realidades abstractas e intangibles, primeras piedras aparte.

En cuanto a la política del márketing, llama especialmente la atención que hasta las pequeñas actuaciones se tengan que unir para ponerles un nombre común que se pueda vender bien ante los ciudadanos. «Marea Negra», por ejemplo, que está muy bien pero que dio lugar a cierta confusión al principio, ya que todo el mundo tenía y tiene todavía muy reciente la tragedia del chapapote.

La «remodelación integral» vale para la calle Larga, para Las Angustias y para el adecentamiento de la zona del botellódromo. «Ciudad administrativa» es el nuevo proyecto para reagrupar numerosas dependencias municipales en un macroedificio junto a Chapín. Y así, suma y sigue.

eesteban@lavozdigital.es