La UE ya ha aportado o se ha comprometido a entregar 25 millones de euros de ayuda humanitaria, un tercio de la asistencia desplegada o anunciada por la ONU. /EFE
enviará una misión para negociar con las autoridades

La UE negocia con Birmania el desbloqueo de la entrada de ayuda humanitaria a las zonas devastadas

La Junta Militar no permite la entrada de cooperantes extranjeros para repartir el material humanitario aunque sí permitirá la entrada de expertos para evaluar daños

RANGÚN Actualizado: Guardar
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La Unión Europea ha apoyado el envío a Birmania de una misión "humanitaria, neutral e independiente" y ha exigido a las autoridades del país que faciliten el suministro de la ayuda a los afectados por el ciclón 'Nargis' y la entrada de los cooperantes extranjeros.

En una reunión de urgencia, los ministros de la UE responsables de ayuda humanitaria han dejado clara su disposición a aportar medios de asistencia adicionales, siempre que las autoridades birmanas ofrezcan garantías sobre su correcto reparto.

En una rueda de prensa al término del encuentro, el secretario de Estado de Exteriores de Eslovenia, Andrej Ster, ha subrayado que existe el compromiso de los países de aumentar su ayuda a los afectados por el ciclón, pero ha explicado que los estados "necesitan que se les confirme que esa ayuda va a aquellos que la necesitan". Además los ministros han anunciado que respaldarán "cualquier iniciativa de los organismos de la ONU que pueda ayudar a satisfacer las necesidades humanitarias en favor de la población birmana".

En esa misma línea, el alto representante para la Política Exterior de la UE, Javier Solana, ha hecho un llamamiento para que los países usen "todos los medios" previstos en la Carta de las Naciones Unidas para garantizar el suministro de ayuda a las víctimas del ciclón.

La reunión de los ministros ha servido asimismo para revisar las aportaciones y compromisos de ayuda de la Comisión Europea y de cada uno de los estados miembros.

Las ayudas de la ONU llegan sólo a un tercio de los afectados

El comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, ha anunciado que viajará hoy a Birmania para intentar convencer a las autoridades de ese país de la necesidad de un acceso humanitario, porque, de lo contrario, "a la catástrofe se sumará otra catástrofe". Ha insistido en que la misión es "estrictamente humanitaria" y que no tiene ninguna dimensión política.

Michel, que todavía no tiene visado de entrada en Birmania, confía en una respuesta positiva antes de emprender viaje, aunque ha expresado su intención de desplazarse "de todas formas" y aunque no reciba respuesta de las autoridades del país.

El comisario ha explicado que la Comisión tiene intención de ofrecer a las autoridades birmanas una ayuda adicional de 5 millones de euros, que se sumarían a los dos millones ya aportados por Bruselas para ayudar a los afectados por el ciclón. A esa suma se podrían añadir además otros diez millones de euros adicionales "en función de las conversaciones" con las autoridades birmanas, según el secretario de Estado español de la UE, Diego López Garrido.

La Junta Militar reconoce casi 32.000 muertos

Diez días después de la tragedia, ayer aterrizó en el aeropuerto de Rangún el primer avión cargado con ayuda humanitaria de Estados Unidos. Un segundo avión ha llegado hoy con más ayuda para los damnificados y ha obtenido permiso para nuevos vuelos, sin que eso suponga un cambio en la actitud de la Junta Militar birmana y su afán para controlar las operaciones humanitarias en el país. El Gobierno norteamericano ha enviado unas 20 toneladas de mantas, agua, mosquiteras y otros artículos de primera necesidad. Además, un aparato fletado por la organización no gubernamental World Visión, el primero desde Australia, y otro de la ONG Save the Children también han aterrizado en Rangún.

Hasta ahora, la Junta Militar reconoce casi 32.000 muertos y unos 30.000 desaparecidos por el ciclón, aunque la ONU calcula entre 63.000 y 102.000 fallecidos, 220.000 personas en paradero desconocido y casi dos millones sin hogar. Mientras tanto, el régimen birmano, a través de su poderoso aparato de propaganda, sigue ocultando a la población la auténtica magnitud del desastre y bombardea imágenes de su máximo líder, Than Shwe, y otros generales dando ayuda a los damnificados, pero no menciona los miles de cadáveres que flotan en el delta.