EL ROCÍO 2008

Doñana regaló un espectacular día de Camino a los romeros jerezanos

La Hermandad atravesó los parajes más bellos del Coto en su recorrido. Del Río habló en la misa de Marismilla del «sentido verdadero de El Rocío»

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Montado ya en Marismilla el campamento para la primera noche, el tiempo se calmó y el frío se alejó.Tampoco soplaba el viento y los romeros pudieron disfrutar al aire libre y contemplar el magnífico espectáculo de las noches del Coto, con un cielo cuajado de estrellas. Todavía no había llegado la media noche cuando el pitero convocaba para el Rosario que rezaba el Padre Alexis ante el Simpecado, que este año volvía a optar por los codales de cera y las Piñas de Flores. Hasta cerca de las cuatro de la madrugada estuvieron algunos romeros. La noche invitaba a ello. Se les fue el tiempo cantando y rezando delante de Él. Pero había que descansar porque pronto –a las diez– el obispo Juan del Río Juan llegaría para celebrar la Eucaristía.

Ya en las primeras horas mañaneras apareció la lluvia, pero sin demasiada fuerza. Muy temprano empezó el movimiento para preparar la Eucaristía, que, como casi todos los años, se celebró en compañía de la vecina Hermandad de El Puerto de Santa Maria en un acto que sirvió como confraternización de las dos corporaciones de la Diócesis.

A las diez y media, Juan del Río dio comienzo a la Eucaristía. Estaban presentes el presidente del Consejo de Cofradías de El Puerto, el delegado Diocesano de Jerez, miembros de la Delegación y antiguos hermanos mayores de Jerez, que acompañaban al actual, Felipe Morenés.

El obispo saludó a los romeros diciéndoles que sólo los limpios de corazón descubren los secretos de El Rocío, y en la homilía se refirió a la importancia de revalorizar la espiritualidad que tiene la Romería y al sentido verdadero de El Rocío. Exhortó el prelado a los medios de comunicación a que profundicen en ello y sólo cuenten lo que importa, dejando al margen lo superfluo y comercial y a aquellos que potencian la disgregación de la Iglesia.

Con el canto de la Salve se dio por concluida la celebración y el obispo de Jerez y la Delegación Diocesana se despidieron de los allí presentes. Se abrió así un nuevo tiempo de espera, porque el rezo del Ángelus se haría antes de reiniciar el camino.

Después del rezo, sobre las doce y media aproximadamente, se reinició el camino por la zona sur del Coto. A este paraje se le reconoce por su extremada dureza para los romeros, pero éstos, con el corazón puesto en la Aldea, lo sobrellevaban sin excesivos problemas. Muy pronto se pasó por el Navazo de la Madroña. El recorrido era sereno y seguro. No hubo atascos en las arenas, debido, básicamente, a unas recientes lluvias que favorecían la marcha.

Regalo de la naturaleza

En esta zona se encuentran sitios tan pintorescos que es un auténtico regalo de nuestra madre naturaleza la contemplación de los mismos. El rumbo estaba ya puesto en la Laguna del Carrizal, lugar previsto para el rengue de almuerzo.

Entre la Eucaristía, la espera para el rezo del Ángelus y el primer tramo del segundo día de Camino, la hora se había echado encima y de nuevo los peregrinos y romeros, sentados en torno a imaginarias mesas, convivieron compartiéndolo todo. Uno era bien recibido se acercase al grupo que se acercase. Esta armonía que reinaba entre todos los romeros que hacen el camino es siempre uno de los valores positivos que se pueden extraer del Camino del Rocío.

Un nuevo pequeño descanso y tocaba esperar a que de nuevo el alcalde de Carreta comunicara la reanudación de la marcha. Se continuó atravesando llanos y parajes que embelesan y se puso rumbo a Carboneras, el lugar elegido tradicionalmente por la caravana morada para pasar la segunda noche de Camino.

Tras atravesar la Laguna del Carrizal, los peregrinos recorrieron lugares plagados de historias y leyendas, tales como el Rincón del Membrillo, el Navazo de las Pajas, el Corral de la Marta y un sinfín de nombres más y de distintos escenarios por los que han pasado, pasan y pasarán los Simpecados de las hermandades gaditanas que peregrinan por el Coto para llegar al encuentro con la Madre de Dios y Reina Almonteña.

Ya en las caras de los romeros jerezanos empezaba a notarse el peso de los caminos, y eso que éstos estaban más aliviados por la climatología.

Entre una cosa y otra, empezaba a caer la tarde y pasadas las siete y media llegaron los romeros jerezanos a Carbonera. Iniciaron entonces el montaje del campamento. Lo hicieron con la esperanza de que la noche fuese tan cálida y buena como la anterior de Marismilla; y si puede ser sin mosquitos, mejor.

El Pregonero de Jerez, Jesús Rodríguez, definía de esta forma el lugar escogido para el descanso: «Todos dicen Carbonera, y en la negritud de ese nombre se enreda la noche. Las estrellas se asoman al firmamento y rezan con los romeros el Rosario. Las devociones tejen con las sombras un ámbito de convento».

Una jornada más, el Camino transcurrió sin incidentes dignos de destacar. Y es que, como muchos comentaban, se nota la protección de la Virgen del Rocío.

El día de hoy se presenta con la incertidumbre y la amenaza de las lluvias, pero también con la seguridad de que la Hermandad de Jerez ya divisará El Rocío justo antes de llegar a Guaperal, lugar donde pernoctará hoy para mañana presentarse ante Ella.